La actuación, parcial en cuanto a la estructura formal de la vivienda aunque global respecto al nivel de acabados, modifica una vivienda convencional adaptándola a las necesidades de la joven pareja propietaria.

Se actúa  principalmente en las estancias dedicadas al uso diurno, reordenándolas y ajustándolas a nuevas dimensiones.

El acceso se produce a través de un pequeño vestíbulo desde el que se entra al aseo. Una puerta corredera garantiza la discreción entre el acceso y el resto de la vivienda.

La cocina original tenía un tamaño desproporcionado respecto al resto de la vivienda y su posición generaba un absurdo pasillo de acceso que prolongaba el vestíbulo, dedicando de este modo demasiados metros a ninguna utilidad.

La nueva propuesta reduce la cocina y la ajusta a las necesidades requeridas, permitiendo así crear un nuevo aseo que complementa el único baño de la vivienda original.

Esta operación también consigue ganar espacio para una zona de comedor.

La continuidad entre éste y la cocina se consigue mediante el empleo del mismo material en la mesa del comedor y la encimera interior, relacionando visualmente ambos espacios mediante un gran hueco a la altura de la encimera obteniendo sensación de gran amplitud. La parte superior del cierre aloja una despensa y bajo ella se esconden la iluminación y una veneciana que permite ocultar la cocina desde el comedor.

En el lado opuesto, se crea otra pieza de mobiliario, de escaso fondo, destinada para almacenaje de vajilla.

Desde el estar, atravesando una puerta corredera, se accede a la zona de noche compuesta por tres dormitorios y el baño.