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Escondido, velado tras la reja de la calle Elvín, tan sólo un ciprés delata el jardín aterrazado en su interior. Entender este proyecto, es entender tanto la escarpada topografía como la escala del lugar: íntimo, cerrado, introvertido. Pasear por el recoleto jardín mientras se asciende nos permite reconocer el lugar y proponer la arquitectura.

 

La actuación propuesta se basa en la recuperación del jardín y puesta en valor de los recorridos ascendentes.  Tras estudiar el complejo programa, se analizan las zonas de accesos y espacios vinculados a la restauración junto a la entrada de la calle Elvín.  Sin perder la configuración actual de la entrada, con la puerta enrejada y escaleras ascendentes al frente, la cafetería se adosa a la medianería norte, adecentando la fachada de la edificación colindante para proponer una zona de acceso independiente a cota +0.10, donde se resuelve la cafetería, con una cubierta a cota +3.50 que funciona como una nueva terraza desde la cual disfrutar del jardín, cota  conectada a la circulación exterior del conjunto.

Junto a la entrada, en la zona más deprimida de la parcela, adosada a las medianerías de la fachada norte, se realiza el ingreso. Aprovechando la diferencia de cota se sitúa la tienda, venta de taquillas y espacio de recepción de visitantes, desde donde se organiza la circulación del programa: un espacio abierto, a doble altura, pero cubierto, a modo de umbráculo, recuperando el carácter paisajístico de una cubierta de lenguaje moderno y actual pero en clara referencia a la arquitectura más tradicional y vernácula del jardín: un emparrado.

 

La situación y características topográficas del terreno, de acusada pendiente, con el jardín aterrazado, nos lleva a plantear el aula de universidad en graderío, asentándose sobre la ladera, aprovechando los recursos que el solar nos propone, introduciendo el jardín dentro del aula. Su ubicación se plantea en el lado Este del solar. Esta decisión es importante ya que por un lado protegemos el jardín existente, edificando en la zona de solar que se encuentra degradada con restos de edificaciones que han alterado la configuración del jardín hispanomusulmán, y por otro nos permite cuidar la medianería que presenta el solar hacia la calle Las Cumbres. Actualmente es un muro de contención poco cuidado y degradado, donde se preveé una posible conexión con el tejido urbano. Nuestra actuación iguala las cotas exteriores e interiores para permitir un futuro acceso, adecentar el talud, generando fachada hasta ahora inexistente.

Es en este punto donde consideramos necesario colocar un elemento de conexión que registre todos los niveles de la actuación, diseñando un ascensor inclinado que permite de un modo sencillo acceder a cada terraza, implantándose en el proyecto de manera natural, sin necesidad de realizar una intervención agresiva tanto en impacto visual como de desmonte de terreno necesario para conectar la cota 0.00 hasta la cota +12.00 .

 

El ascensor permite el acceso desde la zona de recepción de visitantes al aula, acceso al museo y subida a la terraza mirador; como alternativa se proyecta la posibilidad de realizar estos recorridos desde el exterior, disfrutando del jardín bajo la cubierta umbráculo.

 

A una cota superior, una vez estudiada el aula de universidad en su terraza correspondiente llegamos a la entrada del museo. Planteado como una terraza más, pero semienterrado, éste se sitúa en la zona superior de la parcela, enfatizando así el carácter ascendente que presenta el jardín. El recorrido a través de las terrazas nos va desvelando poco a poco el museo que no deja de ser una terraza excavada y cubierta, pasando desapercibido en favor de las vistas que van apareciendo según ascendemos: la sucesión de paratas ajardinadas y las vistas del entorno (torre del Concejo de San Juan, Catedral…)

Para finalizar el recorrido, una última terraza se asoma al conjunto. Conectando con la cota de la calle Vicario, se muestra como estancia abierta al jardín, terraza mirador, coincidiendo con la cubierta del museo.

Así toda la intervención se plantea como una lectura del lugar, atendiendo al jardín aterrazado como elemento principal y configurador del proyecto (lo estereotómico) sobre el que aparece un umbráculo de sombra que recoge toda la actuación (lo tectónico), no pudiéndose hablar de cubierta, puesto que no es la coronación de un edificio, sino del acompañamiento de un tránsito o recorrido, bajo el cual se desarrolla una actuación que ha nacido de las preexistencias.

Galería realización

Participaciones en arquia / próxima

II Edición 2008-2009