Esta vivienda se ubica en los límites de un núcleo rural de la provincia de Navarra, próximo a Pamplona, situado algo más al sur. La parcela se encuentra rodeada de un paisaje verde con excelentes vistas sobre el viñedo de Nekeas.

Fruto de la austeridad volumétrica exigida por la normativa, la casa se concibe como un sencillo volumen rotundo y compacto, de planta rectangular, que se adapta a la abrupta topografía de la parcela. Ésta presenta un gran desnivel, con la zona más alta al oeste y la baja al este.

La adaptación a esta topografía ha supuesto el principal reto del proyecto.

Hacia la Calle Mayor, situada al oeste, el proyecto se manifiesta como una construcción amable, de una sola planta, con una tendida cubierta a dos aguas. De esta manera queda acotada la parcela hacia el ámbito público. Un gran hueco forrado de madera engloba los accesos peatonal y rodado.

Hacia la parcela privada, al este, se descubre como una casa de dos plantas, volcada hacia el paisaje y las vistas de la naturaleza.

Aquí reside la principal peculiaridad de la vivienda, a la que se accede desde la Calle Mayor para posteriormente bajar hacia las zonas de día, situadas bajo rasante respecto de la vía pública. Dos patios acotados por sendos muros configuran los “brazos” laterales de la casa. La composición de las fachadas es austera y respetuosa, aludiendo en cierto modo a la arquitectura tradicional e introduciendo en su volumetría elementos como la leñera.

Los materiales y colores de que nos servimos son propios de la arquitectura popular del lugar: revoco blanco, cubierta de teja cerámica y carpintería en color oscuro.