El edificio donde se ubica la vivienda objeto de la reforma, es un edificio plurifamiliar en esquina del barrio de Gros en San Sebastián.

La vivienda, de 95 metros cuadrados útiles, es el producto de la segregación en dos manos de la antigua planta. La distribución previa de la vivienda se caracterizaba por la sucesión de diferentes unidades independientes comunicadas a través de un único pasillo distribuidor. Esta situación generaba la división del amplio mirador en tres piezas independientes, impidiendo su  percepción global.

El mirador se recupera como pieza principal de la vivienda en la que se ubica el estar-comedor-cocina. Éste es el área de la vivienda más pública, inmediata al acceso. La orientación es doble, con fachada (mirador) a la calle al noreste y cierre a patio al suroeste, permitiendo una doble iluminación así como ventilación cruzada en esta pieza central de la vivienda. Por otro lado, se ubica un dormitorio en cada uno de los tres huecos con balcón a la calle.

La reforma pretende potenciar el valor estructural del edificio y para ello se descubren las vigas y pilares de hormigón de la pieza central. El potencial visual de estos elementos sumado a la gran altura de planta, concede a este ámbito de la vivienda su merecido protagonismo.

Del mismo modo, se decide mantener el antiguo suelo de madera; la nueva tabiquería debía ser ligera, cuidando al máximo la sensación de que los nuevos paramentos parecen levitar sobre el suelo contínuo original de la vivienda. Para ello se plantea una solución de zócalo rehundido que recorre la vivienda adaptándose como marco de puerta en su encuentro con los diferentes pasos.