Hacer que cada uno de los espacios intrínsecos se refleje e identifique: abierto-cerrado, naturaleza-ciudad (público – privado, natural-artificial).

El proyecto:

"...Existe una correspondencia entre el número y la materia: la presencia de una trabazón geométrica que todo lo modula: de una malla u orden primario que ha precedido cualquier operación plástica...
... La topología estudia el espacio más allá de las medidas, buscando las condiciones permanentes que se dan en él, cuando varían sus condiciones métricas. Estas condiciones permanentes vienen del diálogo de los distintos espacios entre sí....   (Louis I. Kahn. Geometría - Topología)

El proyecto responde a una “topografía espacial” mediante la composición modular de la antigua crujía del convento desaparecido. El módulo tridimensional se compone y se descompone en su desarrollo atendiendo a su propia estructura, disolviéndose ante la luz, solidificándose en la forma.
La volumetría, el tratamiento de la luz, el grosor de los muros, la simplicidad de las formas, generan un espacio interactivo. La geometría relaciona todos los espacios, generando un orden que facilita la aprehensión de la arquitectura y ayuda a crear un espacio sereno y tranquilo. La luz, tema principal, gracias a patios y lucernarios, se desliza, circula, cae, sube y atraviesa, deconstruyendo el edificio. El rigor volumétrico, vocabulario de los huecos, los materiales de los cuerpos dialogan continuamente entre sí y con el carácter modular del proyecto.
    
A esto se le añade un carácter inusual a un Colegio de Arquitectos: la inclusión de infraestructuras para jóvenes arquitectos, estudios y zonas de trabajo. Todo el conjunto se diseña para una actividad constante, las 24 horas. El pensamiento, las ideas, nunca descansan. La arquitectura tampoco