Este proyecto trata de sustituir un caserío típico vasco, con una planta de 250m² y dos pisos más bajocubierta; un gran edificio compacto que se puede entender como una máquina no sólo de habitar sino que también de producir, ya que es el mismo edificio el núcleo económico de la familia, con la cuadra, la vivienda y el almacén-secadero. En la nueva edificación sólo se mantendrá el uso de vivienda, por lo que, en principio, el volumen del mismo se reduce drásticamente en comparación con el caserío.

La normativa municipal obliga a que se construya con cubierta inclinada de teja y se utilicen materiales tradicionales como la piedra en fachada. No se ha querido construir un caserío escalado, esto es, un edificio formalmente similar a un caserío pero de menor dimensión, tipo de edificación que se está imponiendo en el entorno rural de Euskal Herria.

Se trata, mediante juegos geométricos, de mantener la volumetría de caserío, aunque el uso del edificio sea de segunda vivienda o para reuniones familiares. Con una ocupación en planta de 150m², se han construido dos plantas con un programa de gran cocina-comedor-salón y dos dormitorios en planta baja y otros dos dormitorios y una zona de juegos en la planta superior.

La ocupación en planta es de 150m² pero la vivienda en planta baja utiliza ¾ partes y en la planta superior ½. El juego geométrico de la cubierta define dos cuartas partes de doble altura, el porche de acceso y el salón, y las otras dos con dos plantas, la de dormitorios y la de cocina y zona de juegos.

La cubierta en forma de pájaro se abre hacia el este en la zona de dormitorios, dando la bienvenida al sol del amanecer, y en la zona de juegos a las vistas sobre el valle de Azkoitia y el macizo del Izarraitz.