Noain representa un punto neurálgico de Navarra, un lugar hiperactivo y en plena expansión, donde la confluencia de caminos e ideas hacen aun posible la creación de algo nuevo. Los nudos de comunicación, el aeropuerto, o la importancia de su industria, muestran el potencial estratégico y la capacidad de Noain para absorber la modernidad.

En el solar en el que se implantará el nuevo ayuntamiento nos encontramos con una situación de choque entre una plaza dura y extensa, la Plaza de los Fueros, y unos jardines que la rodean al sur haciendo de colchón entre ésta y la pista del aeropuerto, el Parque de los Sentidos. Ambos, la plaza y el parque, se dan la espalda y quedan cortados por un cinturón de asfalto.

Nuestro proyecto pretende servir de nexo de unión entre la plaza de los fueros y el parque de los sentidos, introduciendo la naturaleza en la plaza, dándole un carácter más cálido y humano.

Queremos que el edificio, como el parque, conforme un ente vivo, en plena transformación. Un ser que sea percibido, no como algo inerte, sino como un paisaje que se transforma, que marca el transcurso de los días y las estaciones, en definitiva un índice de la vida cotidiana y de los ciclos vitales de los habitantes de Noain.

Las fachadas se realizarán con una doble piel traslúcida separada con una cámara de aire, lo cual garantiza la disminución de consumos climáticos y lumínicos a lo largo de todo el año.

A la primera piel del edificio, construida con una rigurosa geometría, se le superpone una segunda piel vegetal, con una forma orgánica, una “nube vegetal” que varía sus colores a lo largo de las cuatro estaciones.

El lienzo o fondo vegetal lo compone la parra virgen. Planta que trepa y cubre la fachada en verano, que adquiere unos espectaculares tonos rojizos en otoño y que deja pasar la necesaria energía del sol en invierno.

A éste lienzo base se le pueden aplicar pinceladas de color, a través de la plantación de flores de distintas especies, como por ejemplo: begonias, pensamientos, alegrías o salvias.