En los años 50, en España se produjo un proceso de urbanización de la costa mediterránea, donde se construían infraestructuras, hoteles y viviendas destinados al uso vacacional. Este pequeño ático se sitúa en una de estas macro-urbanizaciones: la Finca Adoc, un complejo de unas 2.000 viviendas desarrollado por promotores privados en 1960, en la costa Alicantina.

En este conjunto encontramos además de una vía férrea con apeadero, aparcamientos en altura, numerosos locales comerciales, piscina cubierta climatizada, así como numerosos puentes peatonales, escaleras y ascensores, destinados a enlazar los diversos niveles de los edificios con la playa, el puerto y el mar. Todo ello con soluciones de ingeniería avanzadas para la época, debido a los grandes desniveles existentes entre el mar y la serra Grosa.

En la actualidad, no se construyen más viviendas en España, sino que se está procediendo a la rehabilitación de los edificios existentes. Estamos observando como los apartamentos vacacionales, muchos de ellos situadas frente al mar, se están convirtiendo en viviendas de uso continuado, y como las urbanizaciones estivales se están enlazando con la ciudad mediante infraestructuras de transporte públicas, como es el TRAM en esta zona. La ciudad mediterránea pierde sus límites y se desdibuja de forma paralela al mar.

El contexto es clave a la hora de pensar la rehabilitación de este ático, localizado en una torre racionalista junto a la playa de la Albufereta. Las privilegiadas vistas sobre el mar Mediterráneo así como sobre la ciudad de Alicante invitan a soñar en una relación directa y constante con el exterior.

El estado anterior de la vivienda, con una estructura rígida de espacios claramente diferenciados, se transforma en una vivienda flexible que se ajusta a las necesidades cambiantes del cliente. Esto se consigue a partir de estrategias como la ampliación del espacio interior, la unión de cocina y salón, la división de habitaciones mediante tabiques móvil y la ampliación de los espacios de almacenaje.

Junto a la transparencia y la flexibilidad, la autogestión inmótica permite reprogramar los espacios. Sistemas de acondicionamiento higrotérmico inteligentes, colchones acústicos de alta absorción, una iluminación en escenas, el sistema de sonido ambiental o focal permiten a la vivienda cambiar y adecuarse para los diferentes usos y ocupaciones a las que se puede ver sometida. 

Nuestro objetivo fue crear una vivienda modificable para una pareja joven desde donde ver el mar, desde donde vivir con los cambios lumínicos ambientales de la costa. De alguna manera intentamos permitir que la luz, los brillos, los destellos, la bruma, las nubes, el viento, el oleaje… modificase la experiencia emocional de la vivienda.