Como en el purgatorio imaginado por Dante en la Divina Comedia, el edificio es organiza en siete anillos que forman una pirámide por un lado, mientras por el contrario se camuflan con el terreno y generan unas gradas. Cada personaje dispone de un mini-piso con un pequeño espacio habitable horizontal con vistas al paisaje y un largo pasillo con abertura solo en el techo. Dos espacios muy diferentes y contradictorios unidos por unos espacios angostos e incómodos. Los personajes se ven obligados a dar vueltas sobre su piso, para tener intimidad y recibir suministros. Se miran entre ellos constantemente, pero siempre des de la distancia del gran patio circular. Sin embargo, cuando más cerca están: en la zona enterrada, gruesos muros de hormigón los separan.

El público accede por una escaleras monumentales des del aparcamiento situado al lado de la carretera principal. A Llegar al patio central, contemplan el conjunto de los penitentes como si fueran actores de una tragedia o comedia. A continuación, pueden acceder a recorridos circulares para ver cada personaje con más detenimiento.