Nos rodeamos de torres y bloquemos nuestros escenarios naturales todos los días. En esta propuesta vamos a deleitarnos con la paleta de colores y formas que nos propone la naturaleza.

En la parte más alta del área encontramos un espacio circular, un claro en mitad del bosque bañado por el sol y rodeado por hermosos setos de mimosas. En un extremo la antigua caseta forestal reciclada y reutilizada como rocódromo, junto a ella un rincón escondido entre los árboles. Este magnífico rincón será el elegido como emplazamiento de la propuesta.

La forma del proyecto ha sido elegida analizando las formas geométricas de la naturaleza y tomando los troncos de los propios árboles que rodean toda la propuesta como motivo de inspiración.

La planta está formada por cilindros agrupados que forman un recorrido, éste recorrido proporciona una riqueza de la relación espacio- tiempo que no proporcionaría unas piezas tangentes entre sí.

La luz se ha tratado como otro condicionante más en la propuesta. Se propone un cerramiento variable formado por paneles de policarbonato translucido polarizado sobre raíles y cerramientos de chapa perforada. Estos cerramientos permiten controlar la luz que penetra en el edificio además de jugar con sus reflejos y sombras gracias al Efecto Moire que provocan las chapas perforadas al superponerse.

Los visitantes podrán experimentar si la luz crea los espacios y la percepción de la forma o éstos vienen determinados por la propia luz.

Se trata por tanto de un proyecto localizado en un lugar y tiempo específico pero al mismo tiempo es conceptual por poderse trasladar a otros escenarios y otros usos.