Dos Pabellones, dos pequeños refugios de fin de semana frente a un lago, donde se consigue el equilibrio entre naturaleza y hombre.La fuerza de las piezas radica en la condición de su uso esporádico, se genera un lugar donde el hombre pueda descansar, reflexionar; un lugar capaz de detener el tiempo y donde el usuario llenará con su propia experiencia. Diamantes flotando sobre el agua, conectados mediante otro que solo será perceptible al hacer su recorrido. Dos volúmenes que intentan mantener un diálogo continuo con lo que le rodea. Se utiliza el agua como elemento esencial en el proyecto. Es la que une y separa a ambos pabellones. El agua recorre todo el proyecto para luego ser devuelta de nuevo a la tierra. Las relaciones entre espacio-tiempo y naturaleza se magnifican. Se crean dos espacios distintos en los pabellones, uno correspondería al descanso y al uso común y el otro se entiende como un espacio íntimo, un refugio que no cumple otra función que no sea la del disfrute del mismo. La forma de la piezas permite una visión de 360º , acentuando de este modo los diferentes diálogos que se producen con el entorno.