El proyecto nace del análisis de su entorno.
Villalba es una ciudad seccionada por la autopista A-6, dando como resultado dos importantes núcleos con personalidad propia: el casco antiguo que es Villalba pueblo y el casco nuevo que es Villalba estación.
Pero su distancia no es sólo física.
Sus diferencias también lo son de tipo funcional y arquitectónico. La una representa una personalidad serrana arraigada en los pueblos de los alrededores; y la otra se ha convertido en un punto de encuentro de gentes y culturas, núcleo de gestión y punto de atracción de otros pueblos de la sierra de Madrid. Su personalidad es más moderna, concretada cada vez más en edificios modernos como la iglesia y proyectos como la futura Estación de Autobuses, la nueva Biblioteca o el Teatro Municipal.
Todo organizado a través del reciente Plan General que asegura durante los próximos años su consolidación como urbe.
Villalba se dirige hacia un futuro más cosmopolita y su arquitectura irá adaptándose a las nuevas tendencias y formas de vida. El antiguo tejido de casas bajas va dando paso a nuevas edificaciones más modernas que deben responder a la llegada de un público potencial más joven que accede a su primera vivienda y que demanda nuevas necesidades y diferentes usos de la misma.
Así los espacios tienden a ser más pequeños y versátiles para que sean capaces de adaptarse a distintas posibilidades y respondan a las necesidades de cada usuario. Se trata de espacios flexibles materializados a través del empleo de nuevos materiales acordes a los tiempos que vivimos, redes que dan respuesta a las nuevas demandas en telecomunicaciones, instalaciones cada vez más especializadas…
En definitiva, una vivienda funcional acorde a las demandas actuales.