El proyecto se ubica en la planta superior del edificio Media-Tic en el barrio del Poblenou de Barcelona y aloja la nueva sede corporativa de una empresa tecnológica estadounidense. El espacio existente, neutro, monótono y frío, se configura en planta libre en torno a un patio central interrumpido, sólo, por la presencia excesiva de la cerchas del edificio. Ambos perímetros envolventes, tanto el interior como el exterior, quedan cerrados por muros cortina de carácter y calidad heterogéneos.
El objetivo principal de la propuesta es definir un entorno de trabajo que ponga el confort del trabajador en el centro de la estrategia de proyecto, construyendo un entorno amable, inclusivo y diverso. Por este motivo se plantean diferentes criterios que permiten re-habitar el espacio de forma sistemática y clara. De entrada, el espacio continuo de oficinas se subdivide en 8 estancias equivalentes separadas por unos grandes cortinajes acústicos. Éstos permiten acotar espacios de dimensión más reducida, de carácter doméstico, que pueden ser modificados según la actividad desarrollada.
Dentro de cada estancia, un gran mueble determina su actividad. Todos ellos se componen con soluciones constructivas idénticas conformando, conjuntamente con las variaciones del programa, un paisaje interior tanto sistemático como diverso. La construcción de los módulos es íntegramente prefabricada con un sistema desmontable de madera. La apariencia sobria y neutra de cada módulo enfatiza el carácter protagonista de la vegetación y del mobiliario informal.
En el centro de la planta y circundando el patio, se ubica un espacio de encuentro y reunión informal que rememora los patios y claustros de la arquitectura mediterránea. Este espacio, con abundante vegetación, sirve de anillo único de circulaciones evitando definir pasillos redundantes en la distribución de la planta.
El principal programa requerido, el espacio de trabajo, se fragmenta buscando adecuar la privacidad de los equipos a una dimensión más recogida. Se ofrece un amplio catálogo de espacios diversos donde trabajar, de pie, sentado alrededor de una mesa, reclinado en una tumbona, a fin de dar respuesta a las múltiples posibilidades de trabajo requeridas.
Dado que no se requería de una recepción convencional, se plantea un recibimiento agradable en la oficina, ubicando la cocina deliberadamente al acceso. Dos muebles ocupan esta sala: una gran barra de once metros de largo que funciona como espacio de reunión y trabajo informal, así como la cocina abierta con los diferentes fungibles de uso cotidiano.
El mobiliario pequeño y la decoración, por su parte, recurren a diseños locales y utilizan materiales como el esparto, la cerámica, la madera o la lona de algodón, todos ellos productos de tradición autóctona y producción artesanal. Se persigue así conferir un carácter cercano, cálido, agradable y sensual para el trabajo en la oficina.