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la cimbra 3

Escritos y conversaciones

Autor: Francisco Javier Sáenz de Oíza
Prefacio: Sáenz Guerra, Javier (1958-)
Director de la edición: Ferrer Forés, Jaime José, Sanfiz Celada, Marta

Colección: la cimbra
Nº de la colección: 3
Tema: Arquitectos -- España
Año de Edición: 2006
Páginas: 140
Idioma: Español
Ilustraciones: ilustraciones b/n
ISBN: 8493468851

Escritos y conversaciones

“ Un arquitecto cuando tiene verdadera fuerza interior ha de decir con García Lorca, “romperé todos los partenones por la noche y los levantaré por la mañana”. Yo soy de esa opinión. Claro que me dicen: “pero si tiene que vivir de los encargos, con esta manera de pensar tendrá pocos”; y he tenido pocos encargos y no soy bueno, con esto quiero decirle que si yo hubiera sido bueno todavía hubiera tenido menos encargos. En algún momento la sociedad humana tendría que tomar conciencia de que, efectivamente, la masa es la masa y la minoría es la minoría. Punto. Yo no acudo a la masa para operarme del corazón, sino a una minoría que sabe del corazón.” Francisco javier Sáenz de Oiza

Francisco Javier Sáenz de Oíza

Navarro, de Cáseda (1918). Casado con María Felisa Guerra en 1957, y con siete hijos. Hijo de arquitecto, de familia numerosa, es el mayor de nueve hermanos, dos de ellos brillantes ingenieros de caminos con lo que discute, aprende y se compara, sobre la matemática y el número.  Estudia arquitectura en Madrid donde acaba en 1946 (premio Aníbal Álvarez al mejor expediente académico), y de sus años de carrera recuerda mucho a Torres Balbás y a Modesto López Otero. Viaja con una beca a Estados Unidos en 1948. Este viaje al continente americano es fundamental en su trayectoria. A su regreso inicia la labor docente a la que  se dedicará toda su vida; las mañanas transcurren en sus clases de Proyectos hasta bien entrada la hora de comer, y las tardes y noches en su estudio. Con gran ansia de aprender muestra admiración por todo y así sabrá de literatura, poesía, geometría, filosofía, navegación a vela, coches, motos, barcos, viajes…De gran habilidad manual, confecciona todas las maquetas de su estudio a gran velocidad, además de reparar cualquier cosa que se le pusiera por delante. Muy polemista, es partidario de la transmisión oral de sus conocimientos y por medio de las obras de arquitectura. La mayor parte es fruto de concursos ganados (centro comercial en Vigo— en construcción —, centro cultural en Villaviciosa de Odón, museo de Las Palmas, palacio de festivales de Santander, viviendas en la M—30, Facultad de ciencias de Córdoba, sede del Banco de Bilbao en Madrid, basílica de Aránzazu…) Es importante en su vida la relación con el escultor Jorge Oteiza, con el que además colaborará en diferentes proyectos (Fundación Oteiza en Alzuza, Centro Cultural Alhóndiga, capilla en el Camino de Santiago, la comentada propuesta en Aránzazu…), y con el promotor navarro Juan Huarte (Torres Blancas, Ciudad Blanca en Alcudia…) Muy interesado en la vivienda social (viviendas experimentales en Carabanchel, Batán, Entrevías…), en la casa (para Arturo Echevarría, Juan Huarte, en Durana, Talavera de la Reina…) y en la villa (villa Fabriciano). Entre sus edificios institucionales también se debe recordar el edificio Torretriana en Sevilla y la Universidad Pública de Navarra en Pamplona. En su estudio han trabajado brillantes arquitectos y grandes amigos: Rafael Moneo, Juan Daniel Fullaondo, Paco Alonso, Javier Vellés, Alfonso Valdés, José Carlos Velasco, María Luisa López Sardá, Martínez—Garrido, Ricardo Aroca….y muchos más. Catedrático de Proyectos III y Fin de Carrera en la Escuela de Arquitectura de Madrid, deja una profunda huella entre sus profesores y alumnos. Consideraba un motivo de satisfacción haber ejercido de jurado en más de cien concursos de arquitectura, en la mayoría de ellos a propuesta de los concursantes. Recibe la Medalla de Oro al Mérito en las bellas Artes (1987) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1993), entre otros.  No deja de trabajar hasta su fallecimiento en Madrid en julio del año 2000.

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