El Centro de Interpretación de la Vía Sepulcral Romana de la Plaza de la Villa de Madrid, que se integra en la red de Centros Patrimoniales del MUHBA, está situado en el nivel del yacimiento que, desde los años 50, deja ver los restos arqueológicos de la necrópolis y las trazas de la antigua vía que entre los siglos I y III daba acceso a Barcino.

El espacio

Bajo la plaza, un sótano de dimensiones reducidas (no llega a los 100m²) se abrió a la antigua vía, enmarcándola con un agujero en fachada de formato cinematográfico. Esta apertura ha permitido dar continuidad a la traza de la Vía Sepulcral hacia el interior del espacio.

La museografia

Se adopta el criterio de conseguir la mayor integración posible entre el yacimiento y el centro de interpretación, favoreciendo la continuidad visual entre interior y exterior.

Se trata de vestir un espacio residual, bajo de techo, dominado por la fuerte presencia de dos pilares y dos jácenas de dimensiones considerables, con el soporte museográfico que debe recibir el contenido del centro de interpretación.

El tratamiento de las paredes que delimitan el centro responde a la voluntad de traer al espacio interior la idea de yacimiento, de excavación escarpada en un nivel inferior al de la ciudad del siglo XXI. Con este propósito se plantea una secuencia de paneles resueltos geométricamente mediante triangulaciones, que confieren dinamismo al espacio a la vez que evocan los cortes del terreno en la excavación del yacimiento.

La estética industrial del material utilizado, plafones de madera-cemento sin pulir de color gris oscuro con impresión directa de los contenidos, aporta connotaciones de austeridad a la geometría abrupta de las particiones, huyendo de un acabado excesivamente pulcro. Las paredes y el techo existentes se pintan de negro (gris grafito), para evitar la percepción de las dimensiones y los elementos del espacio contenedor, a la vez que se consigue destacar el tono de los plafones de madera-cemento. La geometría de las vitrinas de pared, refuerza la idea de corte en la excavación, del mismo modo que las vitrinas exentas, que, evocando un dado extraído del terreno, contienen los objetos en agujeros escarpados. Para reforzar la traza de la vía, estas vitrinas, que contienen los entierros (una incineración, una inhumación) con sus respectivos ajuares, un banquete funerario, una fosa de ofrendas y un pozo ritual, se sitúan siguiendo la disposición de los entirros en el exterior.