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Nos encontramos en el barrio de Lérez, en los arrabales de Pontevedra, barrio que nace apoyándose en las márgenes del Camino de Santiago, en su entrada a la ciudad a través de A Ponte do Burgo. Esta reminiscencia histórica sumado a las preexistencias físicas del Río Lérez, condicionan el ambiente general en el que se enmarca la actuación.

La parcela se sitúa en una manzana que puede considerar charnela en varios aspectos, el primero aquel que mixtura y fusiona el Río y el Camino, e el segundo aquel que diferencia el aspecto urbano y rural, propio de las zonas de transición entre el campo y la ciudad de las villas y ciudades gallegas, y que en el caso del barrio de Lérez se manifiesta con rotundidad. El solar remata la manzana en la que se encuentra absorbiendo la diferencia de cota existente entre las dos de las vías a las delimitan, la Calle Leandro del Río Carnota y la Calle de la Torre.

La actuación se encuentra “encorsetada” por la normativa que define retranqueos, alineaciones, alturas máximas, chaflanes, pendientes de cubierta…

Siendo estrictos en el cumplimiento de la normativa que afecta a la parcela obtenemos el que damos en chamar sólido capaz, o volumen máximo de aprovechamiento de la parcela. En este punto somos “prisioneros” de la e desde el estudio del Sólido Capaz, e trabajando a través de maquetas e elementos gráficos, surge la idea de tomar una actitud rebelde frente a esta geometría rígida, atemporal y limitadora, fruto de la estricta aplicación dos parámetros urbanísticos del PXOM.

Desde este momento, la prioridad del proyecto pasa a ser “Liberar y rescatar” del interior de esta geometría, limitadora a niveles estéticos e funcionales propia de otro tempo, un volumen legal que nos permita adaptar mejor a las exigencias del programa así como generar formas más sugerentes y atractivas, que otorguen al edificio una mayor singularidad propia de un edificio de estas características, llamado a ser el referente de la actividad socio-cultural del barrio de Lérez, así como marcar el desarrollo urbanístico de la zona.

Se quiebran las alineaciones, se fuerzan los chaflanes, se retranquearan las cubiertas…, siempre dentro del sólido normativo, generando terrazas, vuelos, y quiebros en los paños de fachada que se transformarán en luces y sombras que variarán en las distintas horas del día y estaciones del año otorgándole al edificio un mayor dinamismo y un aspecto cambiante que romperá con la monotonía del barrio pretendiendo dar un mayor auge as actividades de relación vecinal.

Se resuelve el programa exigido, resolviendo la diferencia de cota existente entre los dos viales.

Diferenciamos espacios servidores y de comunicaciones verticales, que  se situarán en la zona norte, donde el edificio se apoyara en las edificaciones existentes. Esto permitirá liberar los espacios servidos, integrando en todos ellos, la iluminación y ventilación naturales y la búsqueda de la riqueza espacial, de los espacios a doble altura, nos que  encontrar las vistas y la luz.

El elevado número de usuarios y de actividades tan diferentes que se desarrollan se plantean espacios versátiles carentes de rigidez e de mobiliario fijo, que permitan a convivencia de todas las actividades, espacios capaces de asumir tanto actividades docentes, de espectáculos o de reuniones vecinales.

Como eje vertebrador del edificio se plantea un espacio diagonal conector entre las fachadas Este y Oeste capaz de transformar en un pequeño auditorio para 130 personas mediante gradas retractiles darán lugar a dos aulas o espacios multiusos a disposición de los distintos grupos vecinales que participen de la vida del edificio.

Nos marcamos como exigencia de proyecto la economía en cuanto a materiales y medios de construcción, y la facilidad en el mantenimiento do edificio una vez construido que favorezca el empleo y funcionamiento diario del mismo. Así la piel del edificio se soluciona con tres materiales, hormigón, vidrio y policarbonato, de manera que el primero tenga la doble función de material de cerramiento y estructural e os otros dos generen la reinterpretación del chaflán que soluciona la envolvente del edificio. En el interior los pavimentos continuos, con linóleos de alta resistencia a la abrasión con colores neutros, falsos techos técnicos en los que poder albergar las instalaciones que favorezcan la versatilidad de usos y el fácil fraccionamiento de las estancias cuando sea necesario.

Galería realización

Participaciones en arquia / próxima

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