La propuesta formal se ha trabajado desde un punto de vista urbano, de cómo se percibe y se usa el edificio pero sin olvidarse de los condicionantes y exigencias que imponen la orientación y el soleamiento al edificio.
Presenta una menor escala desde la calle que se accede, más relacionada con las viviendas próximas, buscando una perspectiva más sesgada y que desemboca en la formalización de un vuelo en planta primera que hace las veces de porche invitando al usuario a entrar. Por el contrario, el bloque ofrece una mayor presencia desde la calle que baja al frontón. En esta zona la perspectiva es mucho más abierta y entran en juego otras edificaciones de mayor escala como el propio frontón. En la zona del chaflán, dirigido hacia la plaza, aparece como elemento representativo y diferenciador el balcón del Ayuntamiento.
En el resto de fachadas, las orientadas al sur, aunque responden en mayor medida a criterios de orientación, se ha buscado que su presencia quede matizada por elementos intermedios como el arbolado o las lamas, de manera, que no invadan la intimidad de las edificaciones próximas. Así mismo, en la fachada oeste se ha retranqueado la última planta para compensar formalmente la planta de incremento que se obtiene por el desnivel existente.
El carácter institucional de la propuesta radica principalmente en el lenguaje formal abstracto utilizado. Por el contrario, para construirlo, se recurre a la piedra caliza como elemento fundamental en revestimientos de suelos y fachadas, en completa continuidad con lo existente en el entorno.