Los clientes querían reconvertir los pisos superiores de este edificio, situados encima del negocio familiar, y hasta ese momento infrautilizados, en su vivienda, con dos dormitorios, un estudio y una cocina-comedor que fuera el centro de la casa.

Se trata de una parcela larga y estrecha situada en el centro de la localidad, entre medianeras, con 4 metros de anchura interior libre, en la cual la edificación existente ya ocupaba la totalidad de la superficie. La tienda en planta baja es un espacio de obligado paso hacia la vivienda, pese a que en un primer momento se estudió la posibilidad de crear un nuevo acceso desde una edificación contigua.

El tejado a dos aguas era el elemento unificador entre el volumen de la vivienda original y unos espacios de servicio situados en la parte posterior, dejando entre ambos volúmenes una especie de patio cubierto, pero no cerrado. De esta manera, el edificio se presentaba exteriormente como un volumen muy compacto pese a tener una estructura muy fragmentada.

El proyecto intenta sacar el máximo provecho de la sección del edificio, articulando macizos y vacíos, espacios de estancia y espacios de circulación, y provocando nuevas conexiones visuales antes inexistentes.

Constructivamente, la reforma ha mantenido el esqueleto estructural de la casa, bien conservado, a excepción del faldón posterior de la cubierta, a la intemperie y en mal estado, que ha sido completamente sustituido y modificado en su sección para adaptarlo al programa y a las nuevas prioridades: introducir el máximo de luz natural en los espacios interiores de la vivienda.

Se ha respetado el sistema de forjados unidireccionales con viguetas de madera existente, pero se han utilizado elementos constructivos diferentes para las partes nuevas: estructura metálica vista para la escalera y la pasarela que, además de hacer visible la diferencia entre lo nuevo y lo antiguo, han ayudado a atirantar los forjados de madera para dejarlos bien atados entre sí y con las fachadas y los muros de carga.  

En la cubierta se ha optado igualmente por diferenciar la parte nueva, con viguetas de pino de sección rectangular y tablero formado por paneles sandwich con aislamiento interno y acabado interior de cartón-yeso, para modelar la nueva sección.

Se ha intentando reutilizar los elementos existentes, como el tejado, las piezas de pavimento hidráulico, recolocadas ahora en la zona del comedor, o incluso las rasillas del tablero de cerámico de la cubierta desmontada, ahora presentes como pavimento de la terraza.

Con el derribo de los tabiques de planta primera y la nueva configuración de la cubierta, la casa tiene ahora como elemento vertebrador el espacio continuo que agrupa todos los usos de día: sala de estar, cocina y comedor, que, situado en el antiguo patio, se expande verticalmente hacia el lucernario de la cubierta. 

En la planta segunda se encuentran los dos dormitorios, ambos encarados hacia el exterior: el dormitorio principal en la fachada posterior y volando sobre el patio-comedor, y al cual se accede desde una pasarela que atraviesa longitudinalmente este espacio. Desde la pasarela, o incluso desde el mismo dormitorio se producen visiones oblicuas tanto de la planta baja como de la cara inferior de la cubierta y su envigado.

En la planta tercera se encuentra un espacio diáfano, la zona de estudio y la salida a la terraza (el negativo del volumen generado por el patio) orientada a sur y que permite vistas más allá de las edificaciones vecinas.

Se ha construido también un altillo exterior donde ubicar las instalaciones propias de la tienda, hasta ahora situadas en el interior de la vivienda.