Es difícil entender hoy día la arquitectura en su totalidad si la emancipamos de algunas formas de expresión visual, como es la fotografía. En un mundo dominado más por las imágenes que por las ideas, donde tener cualquier experiencia, por banal o cotidiana que ésta sea, equivale a fotografiarla, la arquitectura no queda al margen de esta corriente. Cabría preguntarse, pues, cuál fue el momento histórico y las circunstancias que posibilitaron que ambas –la ‘vieja’ arquitectura y la ‘jóven’ fotografía- empezaran a entenderse, a colaborar y hacerse casi imprescindibles la una para la otra. El análisis del ámbito histórico elegido (1925-1939), nos aclarará algo sobre el origen de las relaciones entre estas dos artes, sus conflictos, los procesos de construcción de la mirada analítica y sus medios de difusión y consumo.

No abundan los trabajos sobre estas cuestiones y, por tanto, existen aún numerosos interrogantes y lagunas sobre la identidad de sus protagonistas y sus relaciones, así como sobre la importancia que el fuerte desarrollo experimentado por la fotografía y las publicaciones en los años 1920 y 1930 tuvo en la difusión de los valores preconizados por la arquitectura de esas décadas. Probablemente,  la arquitectura moderna sólo pueda entenderse en su totalidad cuando se estudie conjuntamente con la fotografía, el cine, la publicidad u otras formas de expresión visual.

La tesis se plantea analizar el decisivo papel desempeñado por la fotografía en la construcción y desarrollo de la imagen de la arquitectura moderna. Su periodo de estudio se centra principalmente en el intervalo temporal que arranca en 1925, año en el que se celebra la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París –Pabellón ruso de Melnikov-Ródchenko-, en el que László Moholy-Nagy publica Pintura, Fotografía, Cine y en el que aparece la revolucionaria –por su tamaño y prestaciones- cámara Leica. Y finaliza en 1939, con los procesos bélicos que afectaron a España y al mundo, que desencadenaron exilios y muerte de gran parte de sus protagonistas (José Luis Sert, Margaret Michaelis, Luis Lladó, José Manuel Aizpurúa y Torres Clavé, entre otros), con la ruptura que esto supuso en los procesos culturales iniciados.

El trabajo presta especial atención a lo ocurrido en Andalucía en esos años, indagando sobre los nombres de los profesionales que trabajaron por esos lares y mostrando la imagen estereotipada de esta región que el floreciente negocio de las tarjetas postales transmitía al resto del mundo. Surge de la compilación y el estudio de las imágenes rescatadas por el doctorando de los archivos donde se conserva la memoria visual de aquella época y los nombres de los protagonistas que la hicieron posible.

Entre ellos destaca, por su relación profesional con el GATEPAC, la figura clave de la austríaca afincada en Barcelona Margaret Michaelis y, en menor medida, la del madrileño Luis Lladó, encargado de documentar algunos de los principales ejemplos modernos del Sur. Ambos permanecieron en el anonimato hasta hace poco más de una década. Pese a todo, la labor de rastreo en los archivos que guardan la memoria de las décadas de modernidad arquitectónica en España (1925-1965), mantiene aún trabajos pendientes que, sin duda, seguirán deparando sorpresas interesantes conforme avance dicha labor investigadora.

Asimismo, esta tesis reflexiona sobre las semejanzas detectadas entre los procesos fotográficos y los proyectivos, así como sobre el papel que la fotografía desempeña como herramienta válida en el proceso de proyecto, a la luz de algunos ejemplos de autores contemporáneos. La arquitectura se expresa principalmente de forma gráfica, y la capacidad de síntesis que una sóla fotografía aporta, es difícil de superar como vehículo de transmisión de la idea central del proyecto. Cada vez son más numerosos los momentos en los que la fotografía aparece en el desarrollo de un proyecto, no sólo para documentar su estado final. Al mismo tiempo, las fronteras entre ambas disciplinas –fotografía y arquitectura- y entre sus protagonistas se entrecruzan constantemente, desdibujando sus límites cada vez con más frecuencia.

Quizás volviendo la mirada al periodo nuclear analizado podamos extraer consecuencias positivas que nos ayuden a mitigar los excesos de tiempos recientes, en los que la tendencia a reducir la arquitectura a imágenes ha tenido una indudable influencia negativa en la práctica profesional. Y ello nos ayudará a repensar el papel que debe jugar tanto la fotografía como las publicaciones tradicionales de arquitectura, en un mundo en red donde la información viaja con tanta rapidez que hace viejo lo que antes basaba su éxito en ser novedad absoluta.

It is difficult today to understand architecture in its entirely without some forms of visual expression, as is photography. In a world dominated more by images than by ideas, where to have some banal experience is the same to photograph it, the architecture is not out this tendency. It is necessary ask us what was the historic moment and the circumstances that allowed both –the ‘old’ architecture and the ‘young’ photography- began to be understood, to collaborate and become almost essential one for the other. The analysis of the historical period choosen (1925-1939) shows us something about the origin of the relationships between these two arts, their conflicts, the construction processes of analytical look and their usual broadcast media.

There aren’t many trials about these issues, and therefore, there are still some questions and gaps about the identity of their protagonists and its relationships. Also about the value of the photography in the development of the 20’s and 30’s magazines and, finally, about the importance of these magazines in diffusion of new architectural concepts of these years. Probably, modern architecture only can be understood entirely when it was studied together with photography, film, advertising, and others forms of visual expression.

The thesis analyzes the crucial role played by photography in the construction and development of the image of modern architecture. The historical period studied begins in 1925, the year in which it took place the International Exhibition of Decorative Arts in Paris –Melnikov-Ródchenko’s Russian pavilion, in which László Moholy-Nagy publishes Painting, Photography, Film, and in which appears the revolutionary –by its size and performance- Leica photo camera. And ends in 1939, with spanish civil war and second world war, that led to exile and death of many of its protagonists (José Luis Sert, Margaret Michaelis, Luis Lladó, José Manuel Aizpurúa y Torres Clavé), with rupture in cultural processes initiated.

This work pays special attention to what happened in Andalucía in those years, investigating about the names of professionals who worked in this lands, and showing the stereotyped image of this region, transmitted all over the world by postal cards business. Is the result of the study and compilation of the images recovered by the author from the archives which preserves the visual memory of that time and the names of the protagonists who made it possible.

Among them, for their professional relationship with the GATEPAC, the key figure was the Austrian based in Barcelona Margaret Michaelis and, to a lesser extent, Luis Lladó from Madrid, commissioned to document some of the main modern examples in Andalucía. Both remained anonymous until just over a decade. However, tracking work on archives that keep the memories of the decades of modern architecture in Spain (1925-1965), still has backlogs that, probably, will provide interesting surprises along the research work.

Futhermore, this thesis reflects on the similarities detected between photographic processes and the projectives, and also about the role that photography plays as a valid tool in the project process, through some examples of contemporary authors. The architecture is mainly expressed graphically, and synthesis capabilities provided by a single photograph, is hard to beat as a vehicle of transmission of the project central idea. Every time are more the moments when photography appears on the development of a project, not only to document its final look. At the same time, the borders between the two disciplines-photography and architecture, and between their protagonists constantly intersect, blurring its limits more and more frequently.

Maybe looking back to the nuclear period analyzed, we can extract positive implications to help us mitigate the excesses of recent times, in which the tendency to reduce architecture to images has had a doubtless negative effect on professional practice. And this will help us to rethink the role to be played by both photography and traditional architectural publications, in a networked world where the information travels so fast that it gets old what previously based its success on being absolute novelty.