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Las Directrices de Ordenación Territorial del País Vasco, Premio de Urbanismo 2020 del CSCAE

Fundación
28 enero 2021

En primer lugar, se subraya su valor analítico y de evaluación, pero, sobre todo, su “carácter propositivo, con determinaciones vinculantes: la estructura de los asentamientos urbanos y la definición de áreas funcionales, la regulación mediante categorías del suelo no urbanizable y el cálculo de la capacidad residencial máxima que ha de preverse en el planeamiento municipal” con la novedosa herramienta del perímetro de crecimiento urbano.

También se valora su alineamiento con la Agenda Urbana Española y el documento “Ante el agotamiento de un modelo, hacia un urbanismo responsable”, suscrito por la Unión de Agrupaciones de Arquitectos Urbanistas en Cartagena, en noviembre de 2015, y se celebra que incluye “tendencias particularmente oportunas en el momento actual”, como son la regeneración urbana, la infraestructura verde y el paisaje, o en relación con materiales transversales como la participación ciudadana, el reto ante el cambio climático o la inclusividad.

Impulsadas desde la Consejería de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno vasco, las Directrices de Ordenación Territorial se aprobaron el 30 de julio de 2019 en virtud del Decreto 128/2019. De ellas destaca su alineamiento con los retos territoriales identificados en la Agenda 2030 y en la Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas, incidiendo en los siguientes elementos, entre otros:

- Infraestructuras verdes, con una red de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales planificada de forma estratégica, diseñada y gestionada para la prestación de una extensa gama de servicios ecosistémicos con el fin de recomponer la fragmentación territorial producida en las últimas décadas;

- Una apuesta decidida por la regeneración urbana, que centra la atención sobre la ciudad construida, priorizando la densificación de los espacios urbanizados y el reciclado de aquellos que quedaron obsoletos para dar lugar a una ciudad densa, compleja y cohesionada, capaz de satisfacer la demanda de vivienda, actividad económica y dotaciones o de resolver los desequilibrios existentes sin necesidad de ocupar nuevos suelos;

- Se incorpora la herramienta de perímetro de crecimiento urbano como forma de limitar territorialmente la expansión urbana que puede proponer el planeamiento urbanístico;

- Cuantificación residencial para que cada municipio calibre cuántas viviendas puede proponer como máximo sobre la base de componentes tales como la evolución demográfica o el tamaño medio familiar y considerando la vivienda deshabitada;

- Gestión sostenible de los recursos (agua, energía, economía circular) y movilidad sostenible, promoviendo los desplazamientos a pie o en bicicleta y la planificación intermodal del transporte público y sostenible frente a otras opciones de movilidad.

Además, se abordan nuevas cuestiones transversales, como son la interrelación territorial con el objetivo de equiparar el nivel de vida de la población que vive en zonas rurales con la de aquella que lo hace en las ciudades. Para ello, se establece una red de ciudades medias que son clave para el equilibrio territorial, la accesibilidad universal, integra la perspectiva de género, la adaptación al cambio climático y las variables relacionadas con la salud y el euskera, sin olvidar los aspectos de gobernanza, con los indicadores territoriales y la participación.

El objetivo de las nuevas Directrices de Ordenación del Territorio del País Vasco es conseguir un modelo territorial más sostenible, participativo, equilibrado, inclusivo, interrelacionado, inteligente y, en definitiva, vivo. En este sentido, el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, resalta del documento: “Su principal valor reside en que se trata de un trabajo colectivo en el que ha habido una importante participación institucional y ciudadana que ha dado como resultado un documento que ha alcanzado el consenso en todas las administraciones vascas”.

Miembros de los jurados

El jurado del Premio de Arquitectura ha estado formado por los arquitectos Toni Gironès, como presidente del jurado en representación del presidente del CSCAE; José Manuel Gallego Jorreto, Alberto Campo Baeza (Medalla de Oro de la Arquitectura 2019), Dolores Alonso, Elisa Valero, y la secretaria general de Agenda Urbana y Vivienda, Elena Simón.

Por su parte, los miembros del jurado del Premio de Urbanismo han sido el presidente de la Unión de Agrupaciones de Arquitectos Urbanistas (UAAU), Javier Martínez Callejo, que ha actuado como presidente del jurado; la consejera técnica de la Unidad de Apoyo de la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura, Mari Ángeles Fernández Hernando; los arquitectos urbanistas José Seguí, Alfonso Vegara y Mar Santamaría (arquitecta del equipo premiado en la edición anterior), y la subdirectora general de Políticas Urbanas, Ángela de la Cruz.

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