Las salas de conciertos son espacios muy especiales. Los parámetros físicos como el tiempo de reverberación, el sonido directo o los reflejos iniciales tienen que ajustarse de tal forma que la propia sala se convierta en un instrumento con el que toquen los músicos. Hay dos escuelas de pensamiento para el diseño: la "caja de zapatos" y el "viñedo". La primera es una solución practicada desde el feudalismo, en la que un salón rectangular se extiende entre el escenario y el palco real. El segundo fue concebido por el arquitecto berlinés Hans Scharoun, quien quería que la Filarmónica de Berlín brindara una experiencia artística más "democrática", con la orquesta sentada en el medio y las filas de espectadores elevándose alrededor del escenario como viñedos. 

El cineasta Günter Atteln recorre algunas de las salas de conciertos más importantes. Junto con el acústico Yasuhisa Toyota y el director de orquesta Valery Gergiev, visita el armazón de la nueva Filarmónica de Moscú, observa los esfuerzos de Jürgen Reinhold para optimizar el sonido en la venerable Scala de Milán y Martijn Vercammen le muestra la "galería de reverberación" en el lujosamente renovado Staatsoper de Berlín.

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