La arquitectura es el resultado del trabajo en equipo de numerosos profesionales de diversa cualificación y competencia, y debe dar solución a las necesidades y los deseos más amplios de sus usuarios. La estructura de organización profesional se va haciendo cada vez más compleja y van adquiriendo más importancia ingenierías y consultorías especializadas, gabinetes técnicos de empresas especializadas, organismos de control de calidad, oficinas de gestión y dirección integrada de proyecto/obra, etc. Del mismo modo los requerimientos de la legislación y la normativa, incluidas las de seguridad y salud y prevención de riesgos laborales, y los criterios de eficiencia energética y sostenibilidad se van haciendo cada vez más rigurosos, en respuesta a una mayor demanda por parte de la sociedad.
En este contexto y en un mundo en el que el desarrollo tecnológico no siempre lleva aparejado el desarrollo humano y espiritual consideramos fundamental que el arquitecto juegue un papel de mediador o coordinador entre los diferentes agentes y condicionantes de forma que se alcance el objetivo fundamental de la arquitectura: dar forma al espacio del hombre.
Nos interesa trabajar con todos los aspectos que configuran un edificio: su integración en el contexto urbano o natural, su organización funcional, la optimización y racionalización de los elementos estructurales y constructivos, la respuesta a los condicionantes ambientales, lumínicos, acústicos, higrotérmicos, etc. Cada proyecto precisa diverso de grado de atención a unos u otros aspectos y comprobamos, a medida que maduramos intelectual y profesionalmente, que una parte fundamental de nuestro trabajo consiste en saber discernir cuales de estos aspectos son prioritarios según el tipo de contexto, proyecto, presupuesto, cliente.
Nos consideramos un estudio con un alto nivel profesional en el sentido más amplio de la palabra, con métodos de organización utilizados en estudios de primera fila mundial, de los que hemos tenido la fortuna de formar parte en nuestra formación y con toda la energía y la ilusión de un estudio joven. La “seriedad” y el rigor con los que afrontamos la profesión no excluyen los aspectos conceptuales y creativos, que al contrario, creemos que deben formar parte indisoluble del proceso arquitectónico.