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Javier Castellano Pulido

Arquitecto
E.T.S. A - Granada - UGR
GRANADA | ESPAINIA

El deseo puede hacer que extremos aparentemente alejados entren en contacto y doten de sentido a lo absurdo.

CCD (Contexto, Contingencia y Deseo)
Una de las razones más poderosas que encuentro para explicar mi interés por la arquitectura es su capacidad para inducir una experiencia. En este sentido, siempre me ha suscitado mucha curiosidad la forma en que nos relacionamos con los objetos, los significados que asociamos a ellos, cómo los utilizamos, moldeamos hasta convertirlos en algo reconocible, los adoramos o despreciamos, los percibimos o los guardamos en el recuerdo, de manera similar a los lugares (ver la obra Bronze, mesones57). Otro aspecto ligado a dichas experiencias es la inestabilidad que rodea al concepto de permanencia en la memoria, así como la distancia entre espacio, percepción y emoción, lo que me ha llevado en ocasiones a poner en crisis la materialidad de la arquitectura. “La capacidad que valoro en La Alhambra de Granada para permanecer en el tiempo, siendo diferente en cada momento, me ha marcado desde la infancia, hasta el extremo de creer en la arquitectura como ensoñación. “En el proyecto de las oficinas Arena Media, en Madrid, los materiales empleados son las sombras del lugar y las proyecciones de la actividad, por eso los detalles desaparecen.” (ver CUAC) 
La innegable presencia del entorno, del contexto espacial y de la realidad cultural que subyace a todo lugar me ha ofrecido siempre una enorme e interesante variedad de herramientas de proyecto. Sin embargo con demasiada frecuencia se encuentra amenazado por el escurridizo e incansable juego de la contingencia. Ésta suele burlarse de todas las reglas y programas, llegando con suma facilidad a desgajar o incluso a destruir el proyecto de arquitectura, a constituir como duradero algo que esperaba ser efímero y viceversa. Por este motivo, desde hace años presto igual atención a todos los acontecimientos que suceden vinculados a los lugares. La “invasión” de andamios producida en Granada en el año 2005 debido a coyunturas políticas y económicas hizo posible el programa “transite” y la primera obra Manantial: caja de resonancia. La ciudad, como concepto en continua y perversa mutación, se actualiza en nuestra memoria a través de etapas superpuestas y acontecimientos, duren lo que dura una “plaga de andamios”, las obras del metro, una exposición temporal, una guerra o un desastre natural (Arquitectura predictiva). De una forma gradual se desarrolla otro tipo de procesos paulatinos de transformación urbana de expansión (ver investigación sobre el litoral de Granada) o densificación (centros históricos) derivados de cambios socio-económicos y normativos, que suponen presiones sobre el paisaje urbano y pérdida de contenidos patrimoniales. Esta presión suele convertirse en una disputa espacial entre sectores productivos o económicos (turismo-agricultura), a la vez que en un conflicto de intereses, el cual termina por resolverse en demasiadas ocasiones desde la exclusividad y no desde el acuerdo, desde el rechazo y no desde el deseo.