Una vivienda para estudiantes Erasmus requiere de espacios privados amplios, con capacidad de amoldarse a las necesidades de estudiantes de carreras diferentes. horarios no coincidentes, exámenes en diferentes tiempos, ligues inesperados, etc. Son adolescentes con ganas de ser parte de un grupo, pero también de afirmar su propia personalidad. Sus habitaciones son el eje gravitacional de la casa, inmersas en un espacio habitado por lo común y por las actividades que sus ocupantes decidan realizar juntos.

Imbricada con ésta, pero manteniendo ambas su privacidad intacta está la casa del novelista. Su afición a la cocina y su vida como escritor/lector se separan a través de la entrada. Leer y escribir sin embargo están intimamente relacionados. Aunque existan ámbitos más específicos para cada uno de ellos, se mantienen vinculados espacialmente, igual que ocurre cuando el novelista deja de escribir pero se mantiene en un barbecho productivo a través de sus lecturas. Hay tres niveles diferenciados: el más elevado para crear, el intermedio para vivir y leer y un descenso para dormir.

A pesar de la longitud, ambas viviendas buscan la organización a través de la altura, buscando apoyo en la luz que resbala desde arriba.