La arquitectura es la actividad que pone en relación el espacio y el hombre, definiendo el entorno, modulándole y dotándole de atributos como escala, color, textura y límites para que sea asumible por la conciencia personal o social.
La arquitectura es el interface que permite la comprensión del espacio utilizable por el hombre. Es el arquitecto quien marca la extensión y calidad del entorno, y su trabajo es mejorar las condiciones previas del espacio para que la vida sea mejor y más coherente con el medio. Lo importante son las prioridades humanas, tanto presentes como futuras.
La arquitectura se realiza para un lugar concreto, pero se ejecuta en un medio común del que también somos responsables. Estamos actuando también en él. Según la lente con que miremos, el medio común será el barrio, la ciudad, o el mundo. La normativa cuida de los primeros, pero aún nadie vela por el último. En la sociedad global en la que vivimos, se generaliza la penitencia por el pecado de unos pocos, y esa es una responsabilidad que se debe contemplar. Este interés debe subsistir en nuestro trabajo.
La arquitectura, como gestora de la edificación actual debe crear nuevos entornos aptos y mejorados manteniendo el status ecológico del planeta. Debemos explotar la vía del uso de reciclados y reutilizados. Es recomendable y debiera ser obligatorio minimizar la demanda energética del sector, que supone casi el 80% de la mundial.
Sostenibilidad, condición sinequanon. La investigación en nuevas energías renovables debe ser prioritaria, y sus resultados deben ser inmediatamente incorporados a la edificatoria.