Inspirado en el documental soviético Kino-Nedelia (1918) de Dziga Vertov, Ruttmann realizó en 1927, contando con los mejores fotógrafos alemanes de la época, un documental basado en la vida, durante un día, de la ciudad de Berlín.
Desencantado del expresionismo 'a la Caligari' y desencantado también del cine de cámara, que había sido su reacción, el libretista Carl Mayer decidió inaugurar una tercera línea estética disidente de las otras dos. Unido al plástico vanguardista Walter Ruttmann y al director de fotografía Karl Freund, el guionista propuso una nueva forma de cine: la crónica del movimiento de una ciudad durante una jornada. Freund y un equipo de cameramen salieron a la ciudad a capturar imágenes y Ruttmann las organizó sobre una partitura musical previamente compuesta. El film impactó tanto que produjo críticas (de John Grierson, padre de la palabra "documental") y también secuelas (como la célebre "El hombre con la cámara", de Vertov).
El título lo dice todo: Berlin: Symphony of a Great City ('Berlin. Die Sinfonie der Großstadt') es una sinfonía en cinco movimientos visuales celebrando el Berlín de 1927: el pueblo, el lugar, los detalles cotidianos de la vida en las calles. El director Walter Ruttmann, un cineasta experimental, recrea en este documental, según sus propias palabras, "una melodía de imágenes." Dentro de la estructura informal de un día en la vida de la ciudad (con un prólogo que se desplaza del campo a la ciudad en un tren de encubado), la película nos lleva desde el amanecer hasta el anochecer, observando la ciudad en silencio, como se despierta con el bullicio de la actividad, en el que se basa la acción hasta que la ciudad se asienta de nuevo en el sueño. Pero la ciudad es tanto la arquitectura, las calles, y la maquinaria de la industria, como sus gentes, y Ruttman teje todos estos elementos para crear un documento poético sobre una gran ciudad europea. Unido por el ritmo, el movimiento, y el tema, Ruttman crea un documental hermoso a la vista. [Doctor Ojiplático]