tenemos que volver atrás, volver a la plaza de antes. sencilla
todos los interiores de manzana del Eixample son plazas potenciales. Un paréntesis al caos de la ciudad, un espacio donde no se ven ni oyen coches
pasar de un espacio urbano a un espacio acotado, casi doméstico. Espacios para las personas
llevar los interiores de manzana al terreno de la plaza, y no del jardín
se han ocupado la planta baja con garajes, supermercados o pequeñas industrias, de las que sobreviven pocas.
y cuando un interior se vacía, el espacio restante es irregular
para proporcionar una fachada regular a la plaza se plantea una construcción ligera donde poder albergar comercios, pequeños talleres, workshops o cafeterías.
brindar de vida un lugar que muchas veces queda oculto detrás de las calles rápidas de Barcelona
dar al eixample espacios de identidad, que quizás sea, lo único que le falta al Eixample