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Haber tenido la oportunidad de trabajar con Álvaro Siza ha sido un privilegio que me ha marcado para siempre. He podido vivir muy de cerca cómo, a sus 90 años, sigue entregando su día a día a la arquitectura. Trabaja y dirige absolutamente todo lo que ocurre y es producido en su estudio. Álvaro Siza es una persona admirablemente incombustible, muestra de que cuando el trabajo es afición y pasión no tiene por qué abandonarse nunca.
Me siento muy afortunada por haber podido aprender directamente de alguien que tanto he admirado en mi periodo como estudiante de arquitectura, y después como arquitecta. En un estudio muy familiar, cercano y de producción artesanal. Donde he podido participar en muchos de los proyectos que se estaban llevando a cabo, por medio de tareas muy diversas. Reformas en sus propios proyectos del pasado, una pequeña capilla de nueva planta, un museo en un antiguo monasterio, una cafetería, una casa familiar de verano, el pabellón de trabajo para un escritor, una atalaya... También mobiliario, diseño de objetos y esculturas. Puedo decir que me llevo un aprendizaje global muy enriquecedor.
Vivir en Oporto también es parte de esta experiencia. Ciudad maravillosa y polifacética. Un entorno tan rico que me ayuda a entender por qué Siza en sus proyectos se ha mostrado siempre tan dispuesto a integrarse, conservarlo, protegerlo e incluso proponerse ensalzar sus virtudes.
Terminados y disfrutados estos 6 breves meses, estoy enormemente agradecida. Gracias por una iniciativa como esta, que nos brinda una oportunidad profesional tan extraordinaria.
Oporto, marzo de 2023.
Celia Peces Martín.