Lo cierto es que, si bien en un país como el nuestro, inmensamente rico en Patrimonio histórico-artístico, la salvaguarda del mismo está casi siempre garantizada, cuando analizamos la situación del Patrimonio –arquitectónico en nuestro caso- más joven, nos encontramos con una tasa de desprotección y destrucción mucho más alta. Dada la desactualización de la normativa y la escasa sensibilización al respecto, el Patrimonio arquitectónico de los siglos XX y XXI es prácticamente el más vulnerable a la desaparición.

El concepto de Patrimonio vive, afortunadamente, en constante evolución. Un contexto como Nueva York, donde su mayor riqueza patrimonial y su principal identidad recae en su arquitectura contemporánea, se entiende que es un escenario ideal para estudiar el concepto de Patrimonio que allí se emplea, y cómo éste se traduce en unas líneas de actuación a la hora de garantizar su salvaguarda. Se busca estudiar no sólo el concepto y su traducción en la normativa legal, sino también la percepción ciudadana al  respecto y la gestión patrimonial que se realiza para conseguir los objetivos de conservación y sostenibilidad.