Este proyecto nace del estudio de la trama urbana de La Carolina en Jaén.

La planta del edificio acoge la perpendicularidad rotunda de las calles que lo rodean.

Sus dos ejes ortogonales, superpuestos en el espacio, articulan los distintos usos del centro: dos ejes que lo abren al exterior para recoger la luz y enmarcar el paisaje que creamos para él.

De la propia simplicidad de esta idea se desprende la fuerza formal del edificio y se obtiene un esquema funcional flexible que da respuesta al amplio programa de usos requerido.

Este volumen de 30x30x11 metros, encierra en su interior el que deberá ser centro de gestión y a su vez imagen representativa del tejido industrial y empresarial de La Carolina.

Las formas austeras y contundentes construyen el edificio: un gran volumen metálico que parece flotar y otro pétreo que se agarra a la tierra. Blanco y gris, confiriendo a todo el edificio el carácter industrial, reflejo de lo que alberga. La luz lo inunda todo.