La construcción más arquetípica y representativa de Tailandia, se denomina Salaa ศาลา y se encuentra diseminada principalmente en zonas rurales. Consta de una simple cubierta inclinada, frecuentemente con extensiones laterales, que protege a una superficie elevada del suelo. Refugios del implacable calor y las intempestivas lluvias monzónicas, son lugares para compartir veladas, manjares y fiestas. Allí se cantan canciones y se susurran secretos.
El parvulario Bang Nong Saeng Kindergarten en Dum Yai, un pequeño pueblo rodeado de arrozales de no más de 500 habitantes al este de Tailandia, surge gracias a los talleres Design Build for the Community que la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, junto a otras empresas privadas, patrocina anualmente.
Para satisfacer las necesidades y espacio requeridos por la escuela se apuesta por una estructura de espacios modulares pensada para crecer en el tiempo a medida que se consiguen recursos económicos. En uno de los módulos inacabados se deja crecer un jardín tropical temporal.
Los materiales, tecnología y recursos disponibles, junto a la auto-construida arquitectura endémica de la región, definen las técnicas constructivas utilizadas. Igual que la multitud de superficies blandas y ligeras que protegen los pequeños comercios y mercados locales, la extensión de las cubiertas del proyecto mediante coloridos y auto-manufacturados tendales, consigue doblar la superficie a cobijo del imponente clima tropical, así como bajar la cota a la altura de sus traviesos usuarios. Las amarillas cubiertas coronadas con una chimenea solar, garantizan la ventilación natural del espacio mejorando el confort térmico sin consumo energético.
A pesar de todo, el punto más destacado del proyecto, fue el componente social del mismo. Durante más de dos meses, los proyectistas, la gente del pueblo, los niños de la escuela y los obreros locales, convivieron juntos y fomentaron un ambiente de colaboración y creatividad, intergeneracional e internacional, donde aprendían los unos de los otros.