Refugio Antártico Ecuatoriano es un proyecto de investigación académico y multidisciplinar, compuesto por dos prototipos habitables de emergencia, construídos con elementos modulares prefabricados y materiales naturales procedentes de los desechos de la agroindustria, sometidos a condiciones climáticas extremas.
La arquitectura contemporánea no necesita materiales con un elevado coste de fabricación, sino materiales de origen natural, económicos, accesibles, aplicables, y con cualidades técnicas competitivas, que puedan ser utilizados en la vivienda de bajos recursos; con la máxima energía contenida en la propia materia, y la mínima energía necesaria para su transformación, y donde la conversión de materia a material requiera el menor esfuerzo posible. La innovación en la tecnología de la construcción apunta hacia la optimización de los procesos de producción para reducirlos al mínimo necesario, y no hacia un costoso despliegue de maquinarias de procesado e instalación de los materiales. La energía inherente, accidental, gratuita y disponible en la propia materia, puede ser entendida así como camino hacia una arquitectura económica y de calidad, que bascule frente al ostentoso virtuosismo tecnológico actual.
En esta línea, desde la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, se están analizando, a través de varios proyectos docentes y de investigación, las cualidades inherentes a las fibras naturales desechadas en procesos agroindustriales, para su aplicación como ecomateriales en la envolvente de proyectos de vivienda de bajos recursos. La investigación se estructura en tres fases: una primera de descubrimiento de la energía propia de la materia (cualidades físico-químicas), una segunda de análisis de la energía instrumental que es necesario aportar para su uso (accesibilidad y procesado), y una última fase de testado final de los materiales en condiciones reales. Las dos primeras fases se llevan a cabo en el laboratorio de Ecomateriales de la Universidad, y la tercera en dos laboratorios naturales que permitirán evaluar el comportamiento de los materiales en condiciones extremas: el volcán Chimborazo (el punto del planeta más cercano al sol), y la Antártida, en donde se construirán dos refugios utilizando como piel los materiales descubiertos. De esta manera, se pretende averiguar las posibilidades de lo gratuito, entendido como algo económico, ecológico, y eficiente, de suponer un cambio sustancial en la arquitectura de lo necesario.