Decía Mies van der Rohe que “un material sólo vale aquello que hagamos con él”.

Pensamos que el vidrio sigue siendo unos de los materiales más significativos de la arquitectura contemporánea, y pretendemos sacar el máximo partido a sus cualidades de transparencia, traslucidez y opacidad, para conseguir un edificio noble y representativo.

Queremos hacer un edificio que quiere hacer de “lo demás” su imagen. Que observa todo cuanto a su alrededor pasa y lo atrapa y guarda en su fachada.

Proponemos un muro fragmentado de vidrio, como cuando se rompe un espejo en mil trozos y cada uno de ellos “mira” una cosa diferente, atrapándola en esa porción de materia.

Como si fueran ojos, los vidrios gracias a sus inclinaciones irán reflejando el cielo, la vegetación, y los edificios del campus próximos, construyendo su imagen con reflejos y ayudando esa “piel” a establecer las condiciones térmicas adecuadas junto a la fachada interior practicable.

Estructuramos verticalmente el edificio con un arranque, un desarrollo y una coronación. Para introducir luz en las plantas sótanos nos compactamos. Para generar el acceso damos “un paso atrás”, nos desplazamos, para generar una nueva plaza a nivel -1 en continuidad con la plaza principal del campus por medio de una rampa. Para tensionar la planta, desplazamos su centro, creando una corona de programa en el borde iremos “vaciando” en determinados puntos para introducir luz y crear relaciones visuales hacia el exterior desde los espacios interiores.

Proponemos un edificio flexible, vivo y versátil en planta y en sección pues podremos cambiar el programa de una planta a otra sin introducir cambios sustanciales en su funcionamiento y lo más importante, sin alterar su estructura.

Proponemos un edificio que dibuje el tiempo en su fachada, con personalidad propia, reconocible por los usuarios, que se convierta en un foco de atracción las 24 horas del día. Un edificio que se transforma a lo largo del día, que es sensible a los cambios. Con su fachada de ojos que miran en múltiples direcciones. Un edificio de guardia, vigilante, seguro, atento y despierto. Un edificio ladrón, que se apropia y captura todo lo de alrededor, haciéndolo suyo y construyendo su propia imagen con la suma de todo lo que le rodea.