El “Grand Tour” era un itinerario de viaje por Europa que se desarrolló desde los años 1660 hasta la llegada de los viajes masivos en ferrocarril a partir de la década de 1800.

Fue popular entre los jóvenes británicos de clase alta y servía como rito de pasaje educativo para los más ricos. Su valor primario residía en la exposición tanto al arte del Renacimiento como a la sociedad del continente europeo.

Nuestra propuesta para el Edificio de la Fiscalía del Campus de la Justicia de Madrid es un itinerario de viaje por el espacio vacío del edificio. Es un recorrido que se inicia en el plano de suelo y finaliza en la cubierta del edificio.

Un edificio que quiere ser transparente: transparente en los espacios, pues disponemos espacios horizontales atravesados por la luz y transparente en su construcción, pues es la construcción la que genera el espacio y como tal, se muestra.

Un edificio que define su imagen institucional por medio de su estructura, su espacio y su construcción. Un recorrido continuo y constante en el que el programa se transforma en una sucesión de espacios que buscan la relación directa con el exterior.

Un Grand Tour entre la naturaleza y el cielo.

Disponemos un helicoide de anchura 15 metros y pendiente constante del 6%, que determina una altura entre suelos acabados de 3,90 metros, dividiendo su ancho en 3 bandas (circulación/reservas/despachos) y su altura en e franjas (techo técnico/espacio horizontal/suelo técnico) disponiendo todo el programa en continuidad, comenzando en la planta inferior y finalizando en la cubierta.

Como en tantas propuestas de Le Corbusier, en las que el maestro nos “enseñó” una promenade architecturale que teniendo su origen en el suelo finalizaba en la cubierta, cosiendo y enlazando todos y cada uno de los espacios que a lo largo del mágico recorrido se van sucediendo.

Incorporando la rampa mécanica (la escalera mecánica) como un eficaz mecanismo de conexión y de percepción del espacio: Si con Le Corbusier recorríamos los vacíos por sus bordes, ahora también podremos recorrerlos por su interior.