La Gravera es una bodega concebida bajo criterios de diseño low cost, entendido como una optimización en la gestión de los medios y los recursos, energéticos y materiales. La sostenibilidad económica es subsidiaria a la sostenibilidad ambiental.
Se recupera una nave del 58, una antigua industria gravera, para reactivarla y convertirla en una bodega, mediante la reincentivación de elementos de carácter industrial.
Los elementos constructivos se ciñen a la economía de escala y a la producción seriada, para minimizar el impacto ambiental y económico, y se disponen según criterios de diseño espaciales, funcionales e higrotérmicos.
El proyecto se estructura en los siguientes puntos: un armario de cuatro metros de altura que organiza y dispone los espacios de servicio, el centro de acción dónde se desarrolla actividad asistida por máquinas y la zona 900, con la sala de crianza en el sótano, y un salón con alfombra rayada y techo luminiscente en planta baja, dónde se sitúa la unidad de control, que monitoriza la viña a tiempo real, y en la que se diseña la morfología del vino y se divulga el producto.
En definitiva, el criterio low cost del proyecto nos obliga a cuestionar ¿menos da una piedra?