El Centro de Tecnificación Deportiva para piragüismo y remo está ubicado frente al pantano de Alange y trata de conseguir la mayor neutralidad con el entorno. Se configura con un gran basamento y una cubierta ligera generando entre ellos una plataforma que dialoga con el paisaje asomándose al agua, a la orilla, a las embarcaciones. Es como un gran mirador, un balcón, donde se focaliza el movimiento hacia el Embalse, con recorridos que surgen para “mirar”, y para “estar”.
El Centro de Remo está ubicado en un alto frente al pantano de Alange. Se configura como un basamento de hormigón y una cubierta ligera generando entre ellos una plataforma que dialoga con el paisaje asomándose al agua, a la orilla, a las embarcaciones. Es como un gran mirador, un balcón de proa, donde se focaliza el movimiento hacia el Embalse, con recorridos que surgen para “mirar” y para “estar”.
Sobre la plataforma se construye una estructura metálica ligera a base de cerchas que permiten salvar en la parte inferior una gran sala de 21mx21m de luz y que a la vez sujetan la rampa de conexión que va colgada. Estas cerchas se cubren para crear una zona de sombra.
La planta inferior surge como basamento de esa plataforma elevada, como roca en la que se perforan agujeros profundos para que llegue el aire y la luz. En este basamento se distribuyen las necesidades más privadas del programa.
La relación entre la plataforma y el basamento se realiza a través de un hueco de gran dimensión, una hendidura en la plataforma a modo de grieta que permite el paso de la luz hacia la zona inferior y aloja la esbelta rampa de dos tramos, que colgada mediante cables comunica físicamente el plano inferior con la terraza y adquiere un carácter protagonista del espacio central del proyecto.
La composición en sección salva el desnivel existente en el solar posibilitando dos accesos diferenciados, el principal a cota 295, mayormente usado por espectadores y público en general y el particular a cota de planta baja frecuentado por deportistas y técnicos.
El centro ayuda crear un entorno adecuado, es lo más respetuoso posible con el lugar, evitando barreras visuales y físicas e integrándose dentro de un entorno de gran valor medioambiental y paisajístico con la mayor neutralidad posible. Se configura como una atalaya vigía, sin modificar apenas la topografía, comunicando y poniendo en relación visual el interior y el exterior del proyecto.
Por otro lado, la elección de los materiales presentados de forma honesta y sin revestimientos hace que el edificio se integre perfectamente en el entorno de borde del pueblo, pareciendo una delicada pieza industrial que deja ver la actividad que allí se genera.
Su proporción, composición y permeabilidad lograda gracias a la transparencia de la cubierta, de la que sólo se percibe la estructura y la sombra que su cobertura nos proporciona, hace que el concepto de planta de acceso desaparezca para pasar a entenderse como un gran mirador en sombra en el que no hay obstáculos físicos para contemplar el paisaje.
La búsqueda de la creación de una plataforma sin barreras visuales en la terraza mirador ha llevado a la realización de un borde perimetral a modo de grada excavada en el basamento. Este detalle constructivo evita la colocación de una barandilla convencional en el borde construyendo un espacio específico para contemplar sentado todo el entorno.