El espacio se encuentra en la frontera del centro de la ciudad. Un local de 92m2 donde poder contagiarse de la vitalidad del lugar y a la vez pudiendo aislarse del exterior para disfrutarlo como lugar de descanso y trabajo. Antiguamente un taller mecánico de motocicletas se caracterizaba por techos altos, estructura mixta de hormigón y marés y un patio desaprovechado al final del local.

La transición que se generaba entre la calle peatonal y el acceso resultaba muy violenta, por lo que se consideró esencial crear un espacio intermedio que actuara como amortiguador. Este jardín funciona como entrada de luz y ventilación, a la vez que actúa como una barrera acústica y de privacidad sobre el interior. Para poder dotar a éste espacio de la mayor versatilidad  posible se disponen varias capas que se pueden combinar mediante un gran numero de variaciones. Una primera fachada de librillo exterior acabada con malla perforada tamiza la luz, ventila y dota de un primer grado de privacidad hacia el interior.  Posteriormente, una segunda fachada de vidrio y carpintería de madera, aísla acústicamente el local de la calle peatonal. Un banco de madera y un macetero de baldosa completan el espacio que actua de transición y desahogo.  

 Una vez dentro, la propuesta se genera alrededor de una partición diagonal que sirve como separación, almacenamiento y una guía direccional hacia el patio trasero. Este tabique de madera sirve de apoyo a toda actividad principal de la vivienda además de barrera acústica y visual entre el espacio de noche y el espacio de día.

A la izquierda de la nueva partición se sitúa el dormitorio, vestidor y cuarto de baño. Estos espacios más domésticos están elevados unos cm del suelo para crear una sensación más recogida y para generar una barrera visual hacia la calle. El cuarto de baño se aprovecha de este desnivel para bajar y producir una bañera/ducha de obra.

El lado derecho de la partición se reserva a los espacios comunes. Un suelo continuo de hormigón pulido con árido visto recorre el resto de la vivienda para crear mayor sensación de continuidad y amplitud. Una cocina centrada junto con una mesa alta de trabajo se sitúan en el centro del espacio fomentando los encuentros y reuniones. Esta mesa alta esta co-diseña y producida por un estudio joven Mallorquin 2MonosStudio y dota al espacio de un toque de color y frescura a la envolvente más minimalista.

El salon y el comedor se sitúan cerca de la apertura al patio trasero.  En este espació a modo de homenaje se enmarcaron los calendarios pin-ups existentes encontrados en el antiguo taller. 

FOTOS: JOSE HEVIA