arrow-circle-down arrow-circle-left arrow-circle-up arrow-down arrow-left arrow-line-right arrow-right arrow-up ballon close facebook filter glass lock menu phone play point q question search target twitter
X
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA
  • Casa de los pasos perdidos

    GRANADA

Reforma a partir de trazas y recuerdos en Granada

En su obra En busca del Tiempo PerdidoMarcel Proust constantemente relata pasajes en los que su memoria elabora asociaciones accidentales entre lugares, sensaciones y sucesos cotidianos, ya sea desayunando magdalenas o caminando sobre las piedras de Venecia. El proyecto se inicia con una primera conversación en la que los recuerdos de dos lugares habitados en el pasado, dos casas de infancia, quedan accidentalmente accionados por reminiscencias del lugar a intervenir y algunos objetos que quedaban en su interior.

La primera casa de infancia, donde están sus primeros recuerdos, fue vivienda, despacho, piso universitario y lugar de fiestas juveniles. La segunda casa de infancia ya solo existe en su memoria. Ubicada sobre el antiguo Café Suizo, aún recuerda las visitas con sus padres a este lugar donde se reunían poetas y artistas. Jugó entre las columnas del café hasta su cierre, y años después, con su demolición, pudo ver las entrañas de aquel edificio que había recorrido de niña, mostrando las trazas de una olvidada Alhondiga escondida tras un telón de fachada. Los restos de aquella segunda casa permanecen hoy dentro del lugar a intervenir y en un almacén lejano en la Vega: puertas giratorias de forja, capiteles, fragmentos de coloridos suelos hidráulicos y mesas de mármol con firmas de poetas muertos.

La intervención conecta una imprecisa multitud de recuerdos de casas habitadas durante la infancia trasladándolos a una arqueología proyectada: muros, basamentos y trazas del presente con la capacidad de evocar eventos del pasado. Sobre esta topografía de memorias simultáneas se depositan paramentos que segregan las estancias de la vivienda, estableciendo transiciones de material entre ambos componentes arquitectónicos ensamblados; el basamento y la estructura habitable. El gran espacio central de la casa busca generar nuevas dinámicas de relación entre los espacios vivideros, pero también activar la memoria personal de sus habitantes mediante trazas y formas, funcionando como una sala de pasos perdidos en la que los trayectos se entrecruzan, se detienen o se confunden antes de llegar al lugar deseado.

El acceso a la vivienda se produce directamente desde una zona sesgada visualmente del resto, conectada con un aseo para invitados. Los espacios del estar, una sala destinada a instrumentos y ensayos musicales, y la cocina, se vuelcan a una gran terraza que mira hacia el Albaicín. Una galería interior que comunica con la zona privada de la vivienda, oculta los accesos a los dormitorios. El dormitorio principal se sitúa en el vértice del edificio y se registra desde un vestidor que da paso a un gran baño con vistas. La envolvente de los baños de los otros dos dormitorios se conforma como un encaje de muros inconclusos que no tocan el techo, dando entrada a la luz natural. El proyecto reflexiona sobre los elementos convencionales del habitar haciéndolos desaparecer, como la carpintería y la cerrajería, la iluminación indirecta y difusa desde los encuentros de materiales, el sistema de climatización que emana del pavimento, la disolución de relaciones interior-exterior a través de la larga fachada de vidrio que libera el ángulo, o la ingravidez de la pieza de acceso al ser atravesada por la luz, pero no por la mirada.

Toda la casa gravita en torno a ese ambiguo lugar que origina el proyecto, una región ignota que inevitablemente se convierte en un espacio en el que, más que perder los pasos, se encuentran senderos entre lo recorrido y lo vivido.

Participaciones en arquia / próxima

IX Edición 2022-2023