PROPÓSITO. Escribir sobre las cubiertas de Le Corbusier, sin saber que había detrás, parecía una labor demasiado específica y bastante obvia, y algunas ya profusamente estudiadas, por lo que la presente investigación trata de la búsqueda de las diversas fuentes que Le Corbusier pudo utilizar a lo largo de su vida, y que años después se tradujeron en esas cubiertas construidas. Así, investigando, pronto percibí que este trabajo podía y debía recoger una interesante variedad de facetas que van desde los años de formación, a los viajes por el mediterráneo, los cuadernos de dibujo, las primeras fotografías, la pintura purista, el conocimiento de la historia de la arquitectura mediterránea, el descubrimiento del paisaje,…hasta llegar a su propia arquitectura, y todo ello fue lo que me motivó definitivamente para hacerla, cuando me sentí tan cercano a este tipo de recorridos y de conexiones con esas fuentes del conocimiento.
METODOLOGÍA. Diversos viajes que realicé a esos lugares del mediterráneo y a su propia obra, me ayudaron a comprender el proceso, anotando y fotografiando con la cámara Pentax 6x7 mi propia mirada en blanco y negro, así como las consultas e investigaciones realizadas en la Fundación Le Corbusier de Paris.
Esta tesis se compone de 15 capítulos diferenciados en temática pero conectados entre sí cronológicamente y con un objetivo común, si bien podrían leerse como artículos independientes. Pero hay un denominador común a todos ellos que se resume en el párrafo de la carta que Charles Edouard Jeanneret escribe a su maestro Charles L´Eplattenier a su vuelta del viaje a Oriente:
“A partir de ahora voy a hablar sólo con el pasado, el pasado es mi único maestro. Los antiguos responden a quien sabe interrogarlos”.
Un recorrido de ida y vuelta, entre pasado y futuro, entre conocimiento y proyecto, a la manera que Le Corbusier entendía la historia como sistema proyectual.
Esta tesis no se centra en todas sus cubiertas, sino en realizar un recorrido por aquellas que presentan singularidades relacionadas con los conocimientos adquiridos a través de sus viajes y de la luz del Mediterráneo. Serán la Ville Savoye, el ático de Beistegui, la capilla de Romchanp y la Unidad de Habitación de Marsella los ejemplos más representativos de este trabajo, que a partir de su viaje a Oriente, así como el de España y Argelia, dejarán su huella mediterránea, con el consiguiente descubrimiento de la arquitectura vernácula, de la antigüedad, del espíritu de la verdad, en contraposición de los estilos y la ornamentación, y que fue su constante y parte de la influencia del Mediterráneo en su obra.
Especial será su contacto con el Mediterráneo donde percibirá con fuerza su luz intensa. Cree encontrar las raíces de la cultura occidental y tratará en su retorno, en un largo período de tiempo, de fundir todos los procesos de abstracción acumulados.
Su primera pintura a que hace alusión, “la chimenea” ejemplo paradigmático del más estilo purista contiene una doble lectura: la de su propia escala con objetos reconocidos sobre la repisa de la chimenea y otra a gran escala en la que podemos preguntarnos: ¿es la Acrópolis?. ¿Es la prolongación en Marsella como bien dice? Analogías que no son casuales y que a través del tiempo se matizan desde pequeños croquis hasta pinturas sobre tabla y finalizando en construcciones de áticos y cubiertas.
Jeanneret entendió con claridad como sobre una meseta elevada se producía la formación del recinto envuelto por el vacío, recinto desde el que se permite ver el horizonte, el mar y las montañas en contraposición a los templos y ruinas sobre él esculpidos. Recinto que no es una atalaya para ver la ciudad próxima sino para dejar que la mirada se pierda en el infinito. Situación que aparecerá muchos años después en las cubiertas de las Unidades de Habitación.
Una disposición equilibrada de volúmenes claros y construcciones contundentes, sin simetría axial, sin orden aparente, en un recinto sobreelevado en la ciudad que permite equilibrar la fuerza arquitectónica vertical con la horizontalidad del paisaje lejano.
HALLAZGOS. El objetivo fundamental de este trabajo ha sido la continuidad investigadora sobre el largo proceso en la coronación de edificios relevantes de Le Corbusier, proceso basado en el conocimiento de la historia, en el conocimiento de la arquitectura del Mediterráneo. Por ello, es fundamental su viaje a Oriente, la Acrópolis de Atenas, el foro y casas de Pompeya, de Villa Adriana o de la cartuja de Ema. La relación entre dibujo y fotografía como método de encuadre, la composición de formas en la pintura purista, el viaje en barco y sus connotaciones naúticas, y que pasados los años formaran parte de sus fuentes de inspiración en la construcción de sus toit-terrasse.
Este trabajo está enfocado fundamentalmente para comprender mejor el sistema de relaciones que Le Corbusier había congregado para dar como resultado la construcción de las cubiertas: formación, viajes, dibujos, pinturas, escritos, historia de la arquitectura y observación del paisaje, se unen para transformarse en un espacio dilatado de tiempo, en un proceso de coronación de sus edificaciones.