ADONIA

Durante las fiestas de Adonís, al caer la noche, las azoteas atenienses acogían las palabras y los deseos de las mujeres.

Este relato inspira el deseo personal de ocupar la azotea deshabitada del piso de Chamberí donde he estudiado arquitectura.

A partir de las trazas de los muros, patios y terrazas se construyen dos sistemas de pórticos relacionados uno con las visión de las montañas, otro con la vista de la ciudad, con el fin de proteger de la intemperie la azotea y crear un nuevos espacios para vivir y trabajar.

En una ciudad donde cuesta tanto vivir, las azoteas nuevamente se convierten en espacios de libertad e imaginación.