Joan Garriga i Coca, un episodio de la gentrificación
Fragmentos de la conferencia
Partamos de dos hechos aparentemente desconectados pero que quizás conozcan porque han tenido cierta notoriedad pública recientemente.
Primero. En Junio del 2008 el periódico ABC, entre otros, anunciaba el traslado a Madrid de 12 cañones del castillo de Montjuïc. Raimon, el cantante, tocaría en el foso donde fusilaron a Companys. La expoliación del patrimonio era presentada como "un paso más" en la conversión del museo militar Montjuïc en centro de paz.
Segundo. La semana pasada nos sorprendió el anuncio de la muerte de Marina Raluy. Según la fórmula que escogió el “El Pais”: “Marina Tomás de Raluy, artillera del hombre bala. La gran madre del circo ha fallecido a pie de pista, en un carromato.” En el artículo se narraba la trayectoria de la mujer que, junto a su marido, fundó uno de los circos catalanes más tradicionales: el circo Raluy. Es curioso que en el titular la describan como ayudante antes que como mujer bala, la función que desempeñó originalmente.
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Hilando los titulares anteriores, encontramos un lugar común de la ciudad: El Poble Sec. Este barrio ha sido desde su origen un territorio de contrastes. Su desarrollo urbano estuvo frenado, como el de otras zonas extramuros, durante siglos y, luego, aun hasta casi 1880, por la presencia militar en Montjuïc. Parte de los terrenos del distrito se hallaban en la zona de afectación de los cañones y estaban sujetos a la legislación militar. Los terrenos urbanizables eran agrícolas y tuvieron por primer destino la instalación de talleres y fábricas. El territorio, enmarcado por el mundo militar y el marinero, poco frecuentado, empezó por albergar focos de marginalidad.
Siendo ésta una zona desatendida por el Plan Cerdá, los negocios de feria y esparcimiento desplazados de las zonas de nueva urbanización se trasladaron al distrito atraídos por la oferta de músic-hall y locales vinculados a la prostitución que empezaban a funcionar en Parallel.
Agreguemos que la zona tuvo desde un inicio, demográficamente, una identificación proletaria que se forjó por la proximidad de los espacios residenciales con los industriales pero además por la temprana presencia de círculos libertarios.
La personalidad del desarrollo urbano de Parallel se encuentra en su formación espontánea, al margen del planeamiento urbano e incluso en contra de él. En pulso con el ayuntamiento aparecen locales donde se da todo tipo de actividad de ocio, hasta las más insospechadas, el teatro de la decapitación, las subastas de mujeres, la orgía de los invertidos son parte del escenario urbano.
En la zona, las artes escénicas y circenses eran un espejo del carácter popular del barrio. (...)
Un lugar que destacó fue el circo Olimpia, anteriormente “Teatro Liceu del Parallel” el cual era el mayor espacio escénico de la ciudad. Como describe Ramón Graells, su escenario tenía trece metros de desembocadura y nueve de altura, estaba equipado con la maquinaria luminotécnica más avanzada del momento con doble puente de luces y foso. La pista podía transformarse rápidamente en la piscina para espectáculos más grande de Europa. Coinciden todos los cronistas en destacar que el espectáculo más aclamado del Olimpia era, sin duda, el lanzamiento del hombre bala. Empezó exhibiéndose en el interior del teatro saltando a una red o a la pista convertida en piscina. Pero a medida que se perfeccionó la técnica y los beneficios del espectáculo dieron recursos suficientes para comprar nuevas maquinarias, se trasladó a la calle. Los lanzamientos, que llegaron hasta alcanzar 23 m de longitud, empezaron a disfrutarse en los solares aun no edificados del distrito. Y los artífices de estas proezas se volvieron héroes populares. Entre todos ellos, el nombre más destacado era el de Joan Garriga i Coca. Se calcula que en su momento de mayor notoriedad, hacia finales de la década de 1920, sus presentaciones de los días domingos podían convocar hasta 10.000 personas.
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Recomponer la historia de la vida de Joan Garriga i Coca está en la agenda de varios proyectos de investigación. En la muestra que recientemente albergó el CCCB, “El Paral-el, 1894-1939”, se pudieron ver algunos de los testimonios de estos trabajos. Al mismo tiempo, se pudo apreciar el modo en que estos relatos son fagocitados por la sistema institucional de la cultura, fase inicial del proceso de normalización que usualmente (este caso lo atestigua) conduce a su instrumentalización política.
La dificultad de cualquier semblanza de un personaje como este radica en contrastar diferentes testimonios, pistas divergentes, y rumores contradictorios. Desenredar una maraña que empieza en la vida de Garriga i Coca, y se extiende a la historia del barrio. Se añade la casi inexistencia de documentos legales que se conserva de él. Lo que es la regla para quien llevó una vida marginal, de subsistencia a través de la picaresca, como prácticamente toda la comunidad del espectáculo que se afincó en Parallel. Recordemos, sin ir más lejos, como ha narrado en su trabajo pionero Jordi Borja, que esta arteria fue edificada a base de permisos fraudulentos, en los que no se declaraba la actividad real del negocio y para la que luego se pedían subvenciones… para unos negocios que el propio sistema no reconocía existieran.
Agreguemos también que en la guerra se destruyeron gran número de archivos y se perdieron partidas de nacimiento.
De ahí, sintomáticamente, que fijar los datos sobre su nacimiento e infancia sea un campo abierto de disputas.
(...)La versión que se empieza a difundir comienza en este momento y es el único dato seguro. Acogido por esta familia, entra a formar parte del circo Raluy, hacia 1915, primero como ayudante de la antes nombrada Marina Tomas (foto articulo recuerdo a su figura). En 1920 todos los testimonios confirman que ya tiene su propio espectáculo. Los rumores vuelven a hacernos la tarea difícil para determinar algunos hechos que le granjearon su fama en esos primeros años. Se decía que había sido él mismo quien había investigando en el mecanismo de lanzamiento por aire comprimido, algo que en Alemania ya estaba difundido en los espectáculos de variedades. La versión más fantasiosa le atribuye la construcción de un cañón a partir de desechos recogidos del cuartel de Montjuïc (y amparado por la complicidad de un amigo soldado). De lo que no caben dudas es de que perfeccionó la técnica de los lanzamientos, algo que todos los especialistas en estudios circenses, desde el catalán Medina Orlando hasta el italiano Valentini, confirman.
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Hacia 1929, llevaba tiempo buscando mejorar el espectáculo superando su propia marca de distancia recorrida. Había elegido para la demostración pública la noche de San Joan. Algo falló y trágicamente superó la distancia que él mismo se había propuesto alcanzar. Aunque la mayoría de los historiadores lo atribuyen a una falla técnica o a un error humano, en la época los medios se inclinaron por atribuirlo a un brusco cambio en los vientos. Entre el público no faltó quien comenzara a alimentar el mito atribuyendo la causa a un designio sobrenatural.
Es bien sabido como de forma oportunista se crean tradiciones para rentabilizar excedentes de producción. En Finlandia un excedente de bastones de esquí bien promocionado creo el deporte familiar más popular hoy en día. Los referentes de la cultura popular del pasado, corren riesgos de apropiación similares.
En el 2010, el Pla de Futur del barrio de Poble Sec, proyectado a 10 años, reconoce que la remodelación del Parallel es una oportunidad para el desarrollo del barrio y de su actividad comercial. Por esta razón, se planteo la necesidad de mejorar la permeabilidad del barrio, señalizando ejes de paso y recorridos turisticos; y se dispuso el mejoramiento de los equipamientos, las calles y los núcleos comerciales. Esta intención de la mano de las líneas del plan de turismo de la ciudad de Barcelona se traduce dentro del plan estratégico para el barrio en reformas urbanisticas y campañas de branding.
En este contexto ha reaparecido, tras un largo olvido de 80 años, el nombre de Joan Garriga i Coca. El “hombre bala” aparece dentro del elenco de figuras potenciales sobre las que apoyar el nuevo relato que el Poble Sec debe narrar a sus habitantes y visitantes. Según nos consta, su nombre y el de algún otro miembro de la cultura popular de Parallel, sin embargo, aun es visto con desconfianza por (...)quienes consideran que figuras como Joan Manuel Serrat, el “noi del Poble Sec”, gozan de un perfil mucho más atractivo para el turista.
Es una secreto a voces que la respuesta final sobre Garriga i Coca la tendrá el resultado que consiga entre el público el plan de recuperar de forma pintoresca el pasado circense de la zona como marca para la patrimonialización del barrio.
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Frente a la ciudad emprendedora, frente a la lógica de lo urbano como territorio competitivo, pretendemos problematizar el relato de Joan Garriga i Coca del que intenta apropiarse los dispositivos del branding metropolitano, encarnando un nuevo paradigma de reivindicación de los comunes urbanos. Y es justo en ese nuevo paradigma social en el que queremos intervenir: reflexionando, actuando y compartiendo experiencias.