Se trabajó en dos frentes: la identidad institucional y la señalización interna, buscando en ambos un doble objetivo: la integración en el edificio, recién rehabilitado, y una clara alusión al pasado ferroviario de este.

Para la identidad institucional se buscó por un lado una letra clara, neta, pero a la vez amable, con bordes redondeados y en color negro. El programa de logos se basa en las señales ferroviarias de tráfico, mediante aspas y ángulos obtusos de líneas limpias. Esta señalización está generalmente vinculada a elementos de madera, relacionados con el uso diario del edificio y por tanto sujeta a cambios, por lo que los mensajes adicionales que soporta son susceptibles de cambiar periódicamente.

La señalética interior fija utiliza elementos metálicos, lineales y continuos, en color natural, que se pliegan para dar lugar a los diferentes pictogramas de señalización del edificio.