Cuando nos enfrentamos al diseño del edificio, partimos con varias premisas... debía estar ubicado en el límite de un nuevo Plan Parcial sin consolidar para convertirse en un hito activador de la zona, tendría que poder ejecutarse en un breve periodo de tiempo y con un presupuesto muy reducido.
Esto nos hizo trabajar sobre un edificio escultórico, con diferentes respuestas en cada uno de sus alzados, que fuese el nexo de unión entre ambos mundos (urbano-rural), no crease discriminación y te invitase a ser recorrido, acercándolo al pueblo a través del espacio exterior, diseñado como una extensión del edificio, donde puedan mezclarse usuarios y visitantes, creando un graderío exterior, zonas de sombra con arbolado y zonas de estancia donde se permita la expansión de los ocupantes y se puedan celebrar reuniones, charlas, exposiciones...
Un Vivero de Empresas debe ser un lugar en el que las empresas o jóvenes que quieran iniciarse en el mundo empresarial, puedan trabajar compartiendo conocimientos, experiencias, ideas, emociones... todo lo que nos motive para no sentirnos solos en la aventura de la creación de una empresa. Para ello, entendemos que la mejor forma de materializarlo es mediante un espacio dinámico de trabajo, donde se fomenten las interrelaciones entre los usuarios y que esto se refleje en el edificio, un edificio vivo, ágil que represente el movimiento de una empresa.
Proponemos un espacio interior abierto, distribuido mediante una planta escalonada en la que se reparten las diferentes estancias adaptadas a cada uso y envuelto por una doble piel de policarbonato translúcido, que permite intuir lo que ocurre en su interior y que cambia su aspecto según la hora del día.
El edificio gestiona la energía y los recursos naturales de una forma eficiente, almacenando el agua pluvial y optando por un sistema de Pozos Canadienses como energía renovable para preclimatizar el edificio.