Modulando luces, transparencias y reflejos
La sede del club local de rugby de Durango, se ubica en un bajo de 90 m2 de un edificio de viviendas entre medianeras en el casco antiguo del municipio.
Todas las hileras de casas del casco, cuentan con una fachada principal a una calle pública, y una segunda fachada a una pequeña calle semiprivada de unos 2,5 metros de ancho que actúa de separación con la siguiente hilera. A este pasaje secundario al cual nuestro edificio se abre, siempre se le ha dado la espalda, ha sido utilizado como tendedero de ropa, almacén de los bares, zona de instalaciones… Este local en particular, además de las dos fachadas anteriormente mencionadas, cuenta con dos entradas de luz cenitales desde un patio del edificio.
El proyecto se concibe desde la captación máxima de luz natural y la gestión de la misma a través de los espacios interiores, creando un juego de luces, transparencias y reflejos.
Todo el espacio se ha modulado según las placas de policarbonato celular de 33 centímetros de ancho y 6 metros de largo, adaptando a dicha modulación todos los elementos constructivos, de mobiliario e iluminación natural y artificial. La naturaleza translucida del material, permite que las paredes y los techos puedan ser retroiluminados.
El carácter reflectante del techo hace que se desdibujen los límites, aumentando la sensación espacial y bañando el interior con el reflejo de la luz exterior.
La fachada pública, terminada en bloques de vidrio, potencia la captación de luz natural y genera el efecto contrario de noche, creando un efecto linterna, dotando al local de un carácter propio dentro de la trama urbana.