Transiciones divergentes.
Intervención sobre el espacio construido del Instituto de Arquitectura de Euskadi.
Ligero, elevado y efímero frente a lo pesado, grávido y consolidado. La intervención utiliza el contraste como herramienta de diálogo y refuerzo de identidades entre lo existente y lo nuevo.
Situado entre salas de exposiciones, en un espacio central de transición, el objeto trata de atraer al visitante curioso. Desviarlo del recorrido evidente del pórtico del patio y ofrecer un caminar sinuoso y estrecho, lento pero inseguro, focalizando la mente en el transitar para liberarla de estímulos recibidos en la sala de exposición previa, con el objetivo de entrar en la siguiente sin vicios adquiridos.
Cada curva envuelve áreas para detenerse y descansar, cambiando lo que era un espacio de transición, en un lugar de encuentro.
La intervención, finalmente, convierte un lugar en desuso en soporte para lo que proponga el visitante. Caminar, descansar, enseñar, festejar, leer, estudiar… y sobre todo, jugar.