Tras resultar ganadores del concurso abierto con intervención de jurado en 2007, realizamos el proyecto para un edificio judicial de nueva planta con una superficie apenas superior a 2000 m2. Su ubicación en el interior de una parcela urbana, todavía sin edificar, condicionaba esencialmente el proyecto, asi que se propone una construcción capaz de resolverse en si misma y aceptar la incierta tipología edificatoria que lo rodeará en el futuro.

Nuestro constante interés por la percepción de los espacios, la creación de ambientes y la relación que estos establecen con quien los ve o los usa es el germen en la definición de los espacios interiores. La relación anatómica que estos establecen surge de manera involuntaria y condiciona simultaneamente la forma exterior del edificio. Sus constantes pliegues fomentan la continuidad visual de espacios en una propuesta en la que la rigidez programática exige una lectura clara de los usos y funciones. 

La volumetria del edificio refleja una superposición de espacios articulados en torno al funcionamiento lineal de las oficinas judiciales, mientras en las plantas inferiores se situan los usos comunes con la singularización de las salas de vistas que poseen una diferente altura y resolución formal. Las fachada alterna una progresiva apertura de hueco en sentido descendente con la disolución cromática en sentido opuesto.