La Plataforma de Reflexión y Difusión "A Cidade dos Barrios" (La ciudad de los barrios) surgió como una extensión del proyecto de investigación "Habitares" que iniciamos el año 2008. Se trata esencialmente de la combinación simultanea de estudios analíticos de varias controversias urbanas desarrollando en paralelo procesos de participación social, con la implicación de distintos colectivos de arquitectos de la ciudad. A la conclusión de cada una de las experiencias se realizan varias acciones de difusión de la actividad que contribuyan al aumento de debate ciudadano sobre los múltiples modos de contruir la ciudad contemporanea.

Según relata Zyztmunt Bauman, en la planificación de las ciudades no es posible establecer una programación concreta así que resulta difícil confiar en el "óptimo" funcionamiento de los espacios públicos a través de arquitecturas "finalizadas", de lugares de relación ultra-definidos o de proyectos urbanos delimitados. Los espacios higienizados de los centros urbanos, e incluso de otras zonas, se argumentan como recreaciones de condiciones genéricas, reconocibles por todos y aceptables para los que están de paso. Los lugares que los ciudadanos sentimos como propios, aquellos que sirven para conectar a unos vecinos con otros, los que permiten que sucedan cada día situaciones diversas, son aquellos espacios flexibles donde los objetos cotidianos tienen un papel fundamental y la relaciones personales se anteponen a las características urbanas. Al fin y al cabo, la práctica totalidad de los residentes en una ciudad desean vivir donde lo hacen, donde se siente cómodos "socialmente", con casi absoluta independencia de la calidad "objetiva" de la arquitectura o urbanismo del barrio en el que viven.

En el análisis de la manipulación individual de los espacios públicos que realizan sus usuarios para encontrar una atmosfera adecuada, es posible establecer una aproximación sobre lo construido a través de un proceso simultáneo de observación, estudio y participación sin definir necesariamente una secuencia determinada. A partir de ese análisis tratamos de pensar espacios públicos flexibles, capaces de ser diferentes en cada ocasión, de responder a la contingencia, puesto que a pesar de la importancia de ese conocimiento a posteriori, a pesar de intentar anticiparnos a lo que puede suceder, nos veremos inevitablemente superados y abocados a aceptar lo cambiante -si no pretendemos contribuir a una sociedad adormecida. Los procesos de participación colectiva serán, por tanto, útiles en la aproximación e inevitables en el desarrollo.

Para la observación visual del uso de los espacios públicos, trabajamos con un sistema taxonómico de acciones, lugares y objetos que configuran lo que "sucede en apariencia" en cada uno de los barrios o zonas de una ciudad. Esta primera observación ratifica la utilización habitual de los espacios urbanos como escenario de actividades consideradas domésticas a la par que visibiliza una disolución progresiva de lo público y lo privado, de lo exterior e interior,... como demostración tangible de la superación de las dualidades clásicas que configuran lo urbano. Las imágenes de lo cotidiano trasladadas a foros no habituales, evaluadas de forma aislada, consideradas como herramientas de comprensión de los espacios colectivos, nos sirven para detectar alteraciones "estimulantes" en la programación de lo público y poder realizar "objetos" arquitectónicos más adecuados.

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