Desde un incio existe, por parte del equipo docente del centro Na Caragol y de la propia Consellería de Educación, la voluntad de crear un proyecto educativo piloto, basado en la idea de “one-room school”, basado en el respeto al otro. Un proyecto dónde los espacios comunes interiores se usan para realizar parte de las clases de manera simultánea y dónde el respecto a la colectividad están por encima de la individualidad.
El programa que acoge la ampliación del colegio se desarrolla en planta baja y se plantea, desde un inicio, como tres volúmenes separados con el fin de optimizar el movimiento de tierras y su asentamiento en la parcela. Por otra parte, los tres volúmenes pretenden entrar en el imaginario de los niños, ajustándose a una escala más cercana con la que ellos puedan sentirse a gusto.
Cada pieza se plantea de forma autónoma y se asienta en la parcela atendiendo a parámetros tales como: la topografía, los accesos rodados, la circulación perimetral y los espacios de juego. La disposición de los tres volúmenes genera unos espacios “intersticiales” que por sus cualidades geométricas y espaciales, son susceptibles de ser ocupados como aulas al aire libre.
La tipología resultante de la configuración inicial, consta de aulas rodeando el espacio común interior, generando una edificación de planta profunda perforada por generosos lucernarios para su ventilación e iluminación. La cubierta aparece colonizada por las cajas de dichos lucernarios y por otras que ocultan las maquinas de climatización.