El edificio reconoce sus límites y se organiza en torno a ellos sacando el máximo provecho de sus dimensiones y manteniendo una profundidad edificable de 18 metros.
El edificio linda, en la calle San Blas, con una edificación de una vivienda unifamiliar aislada; en la calle Infanta Leonor, con una edificación de cuatro alturas. La parte posterior del edificio recae sobre un patio de su propiedad, que a su vez linda con otros solares aún por edificar.
El edificio se organiza a través de un corredor longitudinal de 1,50m de ancho en paralelo a la fachada posterior y abierto al patio interior, que posibilita el acceso a cada una de las viviendas. La comunicación vertical de todas las plantas se resuelve con dos ascensores y una escalera longitudinal. La planta baja contiene siete viviendas y las plantas primera, segunda y tercera se resuelven con nueve viviendas por planta, intentando sacar el máximo aprovechamiento al solar.
La tipología predominante es la de vivienda longitudinal de un dormitorio, en sentido perpendicular a las fachadas, de 14,25 m. de longitud y 2m. de terraza con 3,40 m. de anchura.
El acceso por corredor obliga a la siguiente secuencia de distribución de las viviendas: Dormitorio, que ventila a través del corredor; Baño, que ventila a través de patinillos de ventilación; Cocina-Comedor-Salón que ventila a través de las fachada principales. Las viviendas que cierran las dos medianeras existentes siguen la misma tipología pero crecen longitudinalmente hasta los 15,75 m., es decir, el ancho del corredor. (Tipos 7-8-16-17-25-26-34)
La particular forma de la parcela obliga a resolver en el encuentro de las dos alineaciones de fachadas dos nuevas tipologías: Por un lado, una vivienda tipo Loft (Tipos 1-10-19-28), y por otro una vivienda más compacta (Tipos 9-18-27) de un dormitorio, baño y cocina-comedor-salón y cuya ventilación de sus estancias se efectúa íntegramente a través de la fachada a la calle San Blas.
En la planta cubierta se delimitan espacios privativos para las viviendas 26 y 28 a 34, permitiendo la ubicación de los colectores solares hacia las fachadas posteriores buscando la mejor orientación de éstos. El acceso a estos espacios de uso privativo se efectúa desde cada una de las viviendas a través de una escalera de caracol situada en la terraza abierta de cada vivienda.
Las fachadas principales del edificio reconocen la estructura y organización interior, siendo permeables para poder recoger la mayor superficie de iluminación hacia el interior de las viviendas longitudinales. La fachada posterior queda definida horizontalmente por la barandilla y el voladizo sobre el que se sitúa el corredor. En un segundo plano, las puertas de acceso a las viviendas acusan, con su color, la composición.