La primera parte del taller que impartimos consistió en comentar en grupo una serie de imágenes vinculadas al imaginario de la arquitectura y urbanismo: imágenes aéreas de ciudades, arquitectura fantástica, arquitectura popular de varios países del mundo, representaciones visuales de la movilidad y espacio público en las ciudades, etc.  Esa edad donde no existen los prejuicios ni las vergüenzas permite que se expresen con naturalidad, lo que propició un diálogo muy dinámico, enriquecedor y creativo con ellos. El silencio cortante brillo por su ausencia. Las manos en alto llenaban la sala.

Más tarde, y en base a unas cajas recicladas que les proporcionamos, comenzaron a recrear su mundo imaginario, donde vierten sus propias imágenes aprendidas, sus vivencias, imaginándose edificios de viviendas, centros cívicos, espacios de disfrute al aire libre…

En el tramo final del taller, los niños crearon su ciudad, aportando cada grupo su edificio mientras explican qué es lo que han hecho y cuál es el uso que le han dado.
Construyeron  su ciudad en base a un trabajo en grupo o individual, con más o menos colores, más o menos voluminoso (la ciudad fue bastante más grande de lo esperado), más o menos cola, cajas, cintas de colores, temperas, más o menos palabras. Lo que es difícilmente mesurable es la pasión con la que hicieron  lo que para ellos no deja de ser un juego, el juego de imaginar que son arquitectos.

Las tres horas de taller se nos quedaron cortas a todos, los niños querían seguir retocando sus edificios, sus creaciones, por lo que la profesora Txelo decidió que continuarían con ese trabajo para sus horas extraescolares. Este tipo de decisiones nos agrada mucho.
Os dejamos un intenso vídeo donde condensamos la segunda parte del taller, ¡la creación de su propio barrio!. ¡Haz click en la imágen!

Y esa es la mayor enseñanza que nos llevamos, acometer nuestro día a día, nuestras experiencias de adultos como si fueran un juego, con intensidad y alegría, para no dejar nunca de soñar ni de imaginar.

Volver a dar las gracias a Gorka y María, de Zaramari, Ecología Urbana, que se han encargado de gestionar las jornadas de “La arquitectura y los niños: el barrio como espacio de aprendizaje” y en las cuales se insertaba este taller infantil, y que tan bien nos acogieron. También a la Asociación 2 de Mayo de Bilbao La Vieja, por la organización de las mismas. Una apuesta pionera y sorprendente. Eskerrik Asko!
Link del programa de actividades completo de las jornadas de La Arquitectura y los niños:
http://www.unodos.org/arqui/